Baloncesto | Liga Endesa | Real Madrid 85-Estudiantes 80
Carroll vuelve sin avisar para ahogar más al Estu
El Real Madrid se llevó el derbi y el Asefa Estudiantes un sofocón de cuidado. Se queda a dos triunfos del antepenúltimo con sólo cuatro jornadas por disputarse. Lo tuvo a tiro (11-30 de salida) con un Gabriel fantástico (26 puntos y 31 de valoración), pero Carroll (25) se cruzó en su camino.
Hace diez días Jaycee Carroll andaba en el hospital pendiente de los médicos, de si le permitían marcharse a casa con cinco kilos de menos tras haber pasado las de Caín por una pancreatitis aguda, que no es ninguna broma. A falta de nuevos análisis, Carroll volvió a ejercitarse y se empeñó en que tenía que jugar el derbi como fuera, no le valía con entrar en la convocatoria. No a él, que sólo se ha perdido dos partidos en su carrera. Los últimos. Y, claro, convenció a Laso ("Si no le pongo, me mata", explicaría luego). En el minuto 8, en pleno alborozo colegial, saltaba al parqué, anotando a un ritmo de un punto cada 50 segundos.
"¡Eo, eo, eo, esto es un chorreo", gritaba aún la Demencia. El chicle se estiró (6-24 y 11-30, 19 arriba) antes de romperse con la reacción blanca. La puesta en escena reiteró que al Estu le iba la vida y al Real, la honrilla. Y las ganas cuentan mucho, tanto como el talento y el físico cuando el rival igualó la intensidad alternando defensas (bien Tomic en la continuación).
Porque 14 minutos después el Madrid daba dos vueltas completas en el aire a la tortilla: 48-45 (37-15 de parcial). Venció sobrado en los tres últimos cuartos, pero el último y medio resultó brillante, por tensión e intercambio de golpes. Gabriel volvía a pista después de un codazo involuntario de Mirotic para seguir a lo suyo, a ritmo de triple (6 de 7), opositando a los Juegos y apuntando a la salvación... Pero no le bastó, en parte por Reyes y porque Carroll fusilaba sin piedad. Disputó casi íntegro el tramo final y añadió otros 11 puntos para concluir con 25 y la grada rendida, Florentino el primero. Enfrente, desolación. Para salvarse el Estudiantes necesita tres victorias en las cuatro jornadas que restan. O quizá las cuatro. Todavía hay vida.