Baloncesto | Tario Kirksay
El salvador del Estu quería jugar al béisbol
Fue el mejor ante el Gran Canaria.
Prefiero dejar el 'bla, bla, bla', y hacer lo que hay que hacer... Darlo todo en la cancha". Lo dice Tariq Kirksay (Nueva York, 07-09-79), nombrado desde el pasado domingo salvador del Asefa Estudiantes (20 puntos y 6 rebotes) y que llegó al baloncesto por casualidad. Criado en el Bronx, quería dedicarse al béisbol y sólo por su altura (1,99) y sus amigos, que jugaban al baloncesto, se decidió por este deporte con el que llegó a ganar el campeonato de Nueva York gracias a sus 18,5 puntos de media. Sí, el Kirksay que ahora asiste, rebotea, imprime su intensidad en defensa... comenzó siendo un tirador.
Su paso por la universidad fue bueno, pero no consiguió un contrato en la NBA, así que comenzó a recorrer mundo: Macedonia (Rabotnicki), Argentina (Andino La Rioja), Venezuela (Bravos de Portuguesa), México (Bucaneros de Campecho)... hasta que llegó a Francia, país que le acogería y en el que comenzó en la segunda división (Besançon y Ruel). Luego saltó a la máxima categoría: Bourg-en-Bresse y Nancy, con el que conquistaría dos Copas. Con pasaporte francés, incluso disputó el Eurobasket de 2007.
Tras su paso por Francia, aterrizó en Rusia (Kazán) antes de llegar a Sevilla (2009-11), equipo en el que asombraría con sus números inusuales: fue capaz de valorar 22 puntos con sólo una canasta (capturó 12 rebotes, a los que sumó siete robos y tres asistencias). Un currante que sentó cátedra en el Cajasol, donde era habitual ver entre los aficionados a gente con su característica cinta de pelo. "Me iría con él al cine y a cenar para que no se me escapara", decía Plaza y desde el domingo, más de uno en el Estu también.