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Liga Endesa | Valencia 83 - Real Madrid 66

El Madrid desaprovecha otra derrota del Barça

Jornada de sorpresas. Perdieron seis de los siete primeros clasificados. El Barça Regal encadenó su segunda derrota en menos de tres días y el Madrid mostró su peor versión frente al mejor Valencia. Los blancos ganan y caen a lo grande, sin medias tintas.

<b>GRANDE LISHCHUK. </b>El pívot, el mejor del partido, atrapa un rebote ante Velickovic, Claver y Begic.
GRANDE LISHCHUK. El pívot, el mejor del partido, atrapa un rebote ante Velickovic, Claver y Begic.david gonzález

Jornadas como ésta, en la que perdieron seis de los siete primeros clasificados, dan reputación a la Liga Endesa. Un domingo de furia de los que más se jugaban, de los que pelean por el descenso (cinco de los seis últimos vencieron). Luego, pesó más la opción de colarse en los playoffs­ que la de pelear por el liderato. Es lo que tiene este formato de playoffs­, que la Liga regular cuenta, pero nunca decide el título.

Y en esas llegamos a Valencia, donde al Madrid le valía con ganar por tres puntos para ponerse líder incluso con un partido menos que el Barça, que por la mañana encadenaba su segunda derrota en tres días. Los blancos, por fin, habían tenido una semana relajada tras la vorágine de la Copa y el Top-16, una semana para descansar y preparar el asalto a la muralla valenciana. ¿Para qué?, debieron pensar, si queda mucho.

El Madrid recuperó su peor versión del museo del horror, la de la laxitud en defensa para sujetar las penetraciones, la de los vaivenes, la que le lleva de tener varios referentes a que desaparezcan de golpe pese a los intentos de Llull. Fue el Real del bochorno de Bilbao, en el que otra vez se salvó Velickovic­. Pese a su ansiedad por anotar, debió jugar más. El Madrid se desplomó sin él en el inicio del cuarto final. Parcial de 8-0 y 72-54 tras cinco minutos sin puntos (igual que en el segundo cuarto, donde se pasó del 38-36 al 49-36).

Como en aquel duelo de Miribilla, topó con un rival superlativo, que le aguantó el ritmo alto y le echó un órdago atrás, atosigando con presión la primera línea, el área de creación. Con un Lishchuk que se zampó a las torres blancas, un Claver operativo y un Rafa Martínez que driblaba (Carroll nunca le sujetó) y pasaba (6 asistencias ya al descanso). Dos equipos, dos motivaciones y un triunfo inapelable.