Baloncesto
"Faltó autocrítica, pero hay base para despertar"
Albert Agustí, director general de la ACB, visitó la redacción de AS.
Desde hace cuatro meses la ACB tiene nuevo hombre fuerte: Albert Agustí. El director general ejecutivo de la asociación visitó ayer AS para hablar del presente y del futuro, en una coyuntura de crisis en la que el baloncesto de clubes aspira a reinventarse. Varios de los patrocinadores acaban contrato, hay que firmar otro acuerdo televisivo, existe una guerra fría con la Euroliga y cuesta dar con el formato de competición apropiado.
Tiempos duros para la poesía, aunque Agustí tira de optimismo. Cree que los cimientos del baloncesto son sólidos: "Hay mucho trabajo por delante, pero comparado con otros deportes como el motociclismo, el tenis, el ciclismo está más trabajado y estructurado. Luego, hay que replantearse cosas que se han hecho mal, pensar en clave de consumidor de baloncesto. Quizá haya faltado autocrítica. Pero hay base para despertarnos y despertar a los aficionados, el producto en la pista es inmejorable".
Lo que más urge es el nuevo contrato de televisión, una vez que la continuidad de Teledeporte (TVE) es incierta. "En dos meses esperamos tener el nuevo acuerdo cerrado", asegura Agustí, que explica: "El sistema de venta de derechos tradicional ya no funciona. Ahora hay que negociar la publicidad, los ingresos, la producción un acuerdo integral. Vamos hacia un formato múltiple, de multioperador y multiproducto con un partido en abierto a nivel nacional por semana. Sin dejar de mirar al futuro, a un mundo digital en el que debemos trabajar para convertirlo en un negocio. Hemos contactado ya con todos los operadores y no hay ninguno que no tenga interés, pero luego hay que hablar de dinero y de otras cosas. Seguro que con una televisión que le diera un mejor tratamiento, nuestra audiencia se duplicaría o triplicaría".
Vinculado con las retransmisiones televisivas, salta sobre la mesa el debate del sistema de competición, si a los operadores les interesaría dar más valor a cada partido y regresar a un sistema de una Liga clásica, sin playoffs, como la de fútbol. "Los operadores nos han planteado sistemas alternativos al actual que no tienen nada que ver con una Liga tradicional -explica Mario Hernando, director de comunicación de la ACB y que acompañó a Agustí en AS-. Cada televisión tiene una opinión sobre el formato y no hay uno que se imponga mayoritariamente en las preferencias".
Agustí acepta el debate y las propuestas de buen grado, pero evita los charcos. Ni los propios clubes saben bien qué formato resultaría ahora más conveniente. Y, además, para cualquier cambio haría falta un consenso casi generalizado entre los 18 equipos: "El sistema de competición se ha mantenido en las últimas 17 temporadas, pero la discusión está abierta no sé desde hace cuánto. Ahora no es el principal asunto sobre la mesa, tampoco una posible reducción de equipos, aunque no todos los clubes de España pueden estar en la ACB, hacen falta unos requisitos mínimos. Resultará difícil que cualquier cambio llegue ya para la próxima campaña".
El director general aclara las distintas posturas: "Existen clubes partidarios de una Liga clásica, la revista Gigantes propuso un sistema interesante, con dos vueltas, la primera para la Copa y la segunda, empezando desde cero, para el título". ¿Y una Liga cerrada? "En este momento no se puede realizar. Y si quisiéramos que sólo descendiera un equipo en lugar de dos habría que hablarlo con la Federación Española. Al final, me gustaría que el nuevo socio televisivo fuera parte integrante en la decisión".
Para Alejandro Elortegui, director adjunto de AS, esto último es una equivocación: "La ACB se ha puesto en manos del patrocinador y del operador. El baloncesto se ha vendido y no ha tenido personalidad. La gente nunca atiende a nombres comerciales". "La venta ha sido la subsistencia -responde Agustí-. Quizá debamos poner las reglas, pero la televisión elegirá la franja horaria".
"Falta seguimiento del baloncesto a nivel nacional", expone Antoni Daimiel, que mete el dedo en la llaga con la identificación de los jugadores: "Hay contrataciones por un mes, incluso las hubo para un partido. En los 80 veíamos jugadores que no eran muy buenos, pero que como llevaban nueve años en el equipo se les tenía cariño y se les conocía. Ahora, no". Agustí no sólo acepta la crítica, la comparte: "Las alineaciones varían año tras año, es verdad. Algunos clubes están dispuestos a restringir los cambios de jugadores". Como aficionado se moja también con las rotaciones que limitan la presencia en cancha de las estrellas: "Lo que quiere la gente es ver a las figuras el mayor tiempo posible en la pista, como sucede en la NBA, disfrutarlas más".
Protagonismo de las estrellas y recuperar el juego alegre y veloz: "Lorbek padre, presidente de la Liga Adriática, ha presentado un informe de casi 20 puntos a cambiar en el reglamento con el que casi todos estamos de acuerdo. El problema es que eso depende de la FIBA. El purista del baloncesto europeo le da valor a una buena defensa, pero así es difícil fidelizar a la gente. Hace falta un juego más vivo".
Muchos asuntos a solventar en pocos meses, y uno especialmente candente, el entendimiento con la Euroliga: "Hablo con Jordi Bertomeu (director ejecutivo del torneo continental) en Barcelona, pero la relación entre ACB y Euroliga debe mejorar. Si se pretendiera, por ejemplo, volver a una Liga clásica, las licencias fijas en Europa serían un impedimento. A partir de la próxima temporada ellos jugarán sus partidos los jueves y los viernes... Y los nuestros no se van a mover: sábado y domingo. Debemos sentarnos y elaborar un calendario conjunto. A la Euroliga la veo como un socio más que como un enemigo, porque le interesa una ACB fuerte".