Baloncesto | Torneo de la CAM | Fuenla 62-Madrid 81
Carroll hace de Rudy
El Madrid abrió el Torneo de la Comunidad con un triunfo claro ante el Fuenlabrada (62-81). Este viernes le espera ya el Barcelona Regal en las semifinales de la Supercopa. Jaycee Carroll se salió (39 de valoración) y Rudy jugó sólo 12 minutos (tres triples).
Correr y correr es la propuesta del Madrid para la temporada que se avecina. Lo de jugar a la carrera no va de boquilla. Y en ese plan, los bajitos blancos encajan como un guante. Primero esprintar y luego preguntar. Hasta a los pívots se les ve imbuidos de la declaración de principios de Pablo Laso. Rebote y pase rápido. Incluso Tomic, con querencia a amasar el balón, buscó el ángulo apropiado para soltarlo a toda pastilla. Un baloncesto veloz que se ajusta más al estilo de aquí, al que encandila a la afición, y que rompe con la obsesión compulsiva por dormir los ataques y controlar las pérdidas, pese a que esa psicosis lleve años repartiendo títulos.
Más allá de esa intención, el Madrid anda muy verde, tanto, que parece precipitado que en apenas dos días se pegue con el Barça con un título en el escaparate, la Supercopa. Ahí los de Pascual llevan ventaja, mucha.
Pero volvamos al Torneo de la Comunidad de Madrid, donde Carroll hizo de Rudy o de Navarro o, simplemente, de él mismo. Se salió: 29 puntos, 8 rebotes y 39 de valoración. Veloz y explosivo; bajito pero matón encarando el aro. El Fuenlabrada, sin los lesionados Ayón y Sergio Sánchez (tampoco actuó Reyes para evitar el agravamiento de una dolencia cervical), salió en tromba (9-0 y 22-15) mientras el rival las veía venir, con nula actividad atrás. Sin embargo, el Madrid tomó el mando tras darle un revolcón a su exigencia defensiva (parcial de 0-11). En el Fuenla, con bajas y en un mal día del cañonero Penney, Sené intimidó y Cortaberría dio un paso al frente: "Aquí estoy", le dijo a Fisac, su nuevo técnico. La diferencia de arsenal era muy grande.
Por lo demás, cuando el Madrid tuvo que jugar en estático, arrastró los pies. Le faltaron pases y le sobró algo de egoísmo, más circulación y entendimiento. Es pretemporada, claro, pero el Barça, como siempre, aguarda con el colmillo retorcido.