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Eurobasket Lituania | El cuaderno de Antoni Daimiel

Calderón disipa dudas con una clase magistral

Antoni Daimiel
<b>GENIO. </b>Calderón (ante Valanciunas) se puso ayer en 'modo NBA' .
rodolfo molina

Obra sublime. Los seis primeros minutos de España contra Lituania es lo más parecido a la perfección, al cien por cien, a un Big Bang desencadenante de la excelencia. Desde el Mundial de Japón y los tres últimos partidos del Eurobasket de Polonia, el mejor baloncesto de este equipo. Un sueño tarareado, un compendio de matices sin retoque, de arte natural que desarma al que se plante delante. Un diez en ejecución consecuencia de un diez en planteamiento, en planning. Detectado que los pívots titulares lituanos son menos anotadores que los suplentes, la defensa española presionó, importunó a los bases y aleros rivales, tan dados a la pérdida de balón. La edición y realización ofensiva fue consecuente al talento y concentración de nuestros titulares, a lo grabado en el disco duro de estos aventajados. Cuando entraron los suplentes ya estábamos quince puntos arriba.

Calderón. Los siete minutos iniciales de Calderón fueron una exhibición, una clase magistral de cómo un base puede decidir un partido en tres trazos y sin que se note demasiado. Defendiendo, robando, asistiendo, anotando, sonriendo y enseñando protector bucal. Calderón no escenificó ningún milagro, pero como si lo fuera por la cantidad de agnósticos que ha vuelto a recuperar en un momento para su credo, para la fe en su palabra y obra. Tenemos base, de los de toda la vida. Ahora que no abundan por ningún sitio.

Turquía. Nuestro próximo rival es un equipo muy diferente a Lituania, más exigente y dotado dentro de la zona y cerca del aro pero con menos potencial en posiciones de perímetro. Volvemos a encontrarnos con un alero alto, un tres en este caso de 2,08 metros de estatura y calidad desbordante, pero motivación dudosa como es Turkoglu. Hay que ser serios en defensa para poder ganarles y nos beneficia uno de sus mayores defectos, el de no cargar demasiado el rebote de ataque. Puestos a pedir, lo ideal sería que Polonia perdiera frente a Gran Bretaña y nosotros ganarle a Turquía, así pasaríamos con 2-0 a la segunda fase y Serbia, Francia y Alemania tendrían un rival más potente que Polonia.