Un mal hotel y un buen pabellón reciben a España

La bandera lituana cubre completamente las curvas y la madera del singular Cido Arena, en Panevezys. Allí, a las 23:00 horas en Lituania, concluía el entrenamiento, nocturno e inaugural, de la Selección campeona de Europa. En contraste con el inadecuado alojamiento del Hotel Romantic, a los jugadores españoles y su staff técnico les sorprendió gratamente el Cido Arena, una instalación multiusos con apenas tres años de existencia: una buena pista para el baloncesto, con cabida actual para 5.656 espectadores.

Así cerraba la Selección una jornada que abrió a mediodía en la T-4 de Barajas, para tomar el vuelo chárter IB-2818, rumbo a Vilnius. En el aeropuerto, el presidente de la Federación Española, José Luis Sáez, fue rotundo: "El objetivo de este equipo es el oro. Parto en todas las competiciones queriendo ganarlo todo, no pienso en derrotas. Cualquier otro objetivo es ahora un objetivo menor". Sáez respondía así a una pregunta sobre la opción de salir más o menos conformes de Lituania sin haber revalidado el título europeo pero tras lograr una plaza olímpica, algo para lo que basta con jugar la final del día 18, en Kaunas.

Tras los 140 kilómetros en autocar desde Vilnius a Panevezys, los jugadores tomaron posesión de las habitaciones donde residirán en esta semana. Allí entraron en acción los iPads y toda suerte de cacharros informáticos. Y por las oscuras calles de Panevezys repicaba un sordo 'booom, booom, booom' eran 5.000 ciudadanos botando los balones de baloncesto que se regalaban a las puertas del Cido Arena, parte de una campaña que quiere batir un récord: 60.000 lituanos botando balones de baloncesto: bajo la lluvia. Y dentro del Cido, junto a la curva del velódromo, doce españoles se aunaban en un solo cuerpo: la Selección campeona de Europa.