Amistoso | ESPAÑA 68-AUSTRALIA 51
La Selección impone y redime el dolor de Reyes
Oleadas de Ibaka y los dos Gasol intimidan y aplanan a Australia
Las caras, espejo de las almas: en el minuto de silencio por el padre de Felipe y Alfonso Reyes, lágrimas brillaban en los ojos de Ricky Rubio, la seriedad cincelaba el rostro de Pau Gasol... y Marc Gasol apretaba los párpados. Miradas de ganadores. Sin Reyes, por supuesto, sin el capitán Navarro y sin el madridista Llull, la Selección se reagrupó, determinación pura, tras el rastro del dolor del compañero.
Con la determinación y concentración supremas que dan las lágrimas y la emoción dedicadas a un compañero, la Selección ofreció la dureza de una roca volcánica. El tiempo que tardó en tallarse la roca, el primer cuarto, fue el único respiro que tuvo Australia: 10-12. Desde ahí, los boomers oceánicos, que venían de batir a Serbia, Gran Bretaña y Croacia, fueron hundiéndose poco a poco, como entre cenizas y magma. Y cuando querían mirar hacia arriba, los australianos no veían el cielo: más bien, y mayormente, la negrura sideral de los cuatro tapones de Serge Ibaka en los dos primeros cuartos, cuatro en menos de diez minutos en pista.
Velocidad.
Del cráter de Ibaka surgía una riada de lava que intimidó y engullíó a los australianos, situados en la falda de la ladera. A los boomers del técnico Brett Brown, asistente en los Spurs, ya les herían los cristalitos de Ricky (ocho puntos seguidos en la estampida de 14-12 a 22-15) y les torturaba el bombardeo de piedra pómez desatado por los hermanos Gasol: 28-19, tras triple afortunado de Claver, único tiro de tres que los dos equipos convirtieron en la primera parte: 1/15 conjunto... con 0/10 para Australia.
Sin el tiro exterior a la vista, Scariolo y Brown eligieron refugios zonales cerrados en 2-1-2: pero España anotaba por dentro con los Gasol y se estiraba bajo el paraguas nuclear de los tapones de Ibaka, muro que demolía las cargas oceánicas. Cuando Serge Ibaka se sentó, en el minuto 18, Australia aprovechó los centímetros de Baynes: 30-25 en el descanso.
Australia surgió con ganas y un triple del azulgrana Joe Ingles: 32-33. Eso encendió el ojo del diablo español: Pau Gasol desató un 11-0 y España saltó hasta 43-33. Volvió Ibaka, Air Congo o el Estallido de Brazzaville, como otro nacionalizado moreno e ilustre, Pepe Legrá: El Puma de Baracoa... y El Estallido de Cuba. Siempre multiculturales: 50-39... y 60-43, minuto 35. Scariolo se dio el lujo de hacer zona 1-3-1. En fin, 68-51. Hoy vuelven Navarro y Llull. Y, para desgracia de Australia, Air Congo sigue en el espacio.