Amistoso | España 96 - Bulgaria 59
Paliza a Bulgaria que vale como experimento
Scariolo probó defensas y rotaciones con la vista en Lituania.
Entre 1942 y 1945, EE UU trabajó de firme en Los Álamos, un rincón perdido de Nuevo México, en lo que se conoció como 'Proyecto Manhattan'. Para no irse por las ramas: la bomba atómica. Bajo control de Robert Oppenheimer, el Proyecto Manhattan se gestó tras las alertas lanzadas al Presidente F. D. Roosevelt de parte del genio Albert Einstein y de un grupo de científicos judíos emigrados de de Hungría.
Bajo control de Sergio Scariolo y tras intensas labores diplomáticas de la dirección federativa (Ibaka, seguros, etc.), la Selección española ya agrupa su Manhattan. La idea es que el proyecto detone sobre el Eurobasket de Lituania con un grado de implacabilidad similar a aquél con que los imponentes productos de Los Álamos forzaron la rendición del Japón, hace ahora 66 años: fueron los estallidos de las bombas nucleares Little Boy (muchachito) y Fat Man (Hombre Gordo) sobre Hiroshima y Nagasaki. Para llegar ahí, las redomas de Los Álamos echaron humo, a las órdenes de Robert Oppenheimer.
Fisión.
Si el Proyecto Manhattan necesitó 27 meses de ajuste, Scariolo dispone apenas de un mes para ensamblar este Proyecto España cuya sombra ya cae sobre Lituania. Para el jueves está prevista la primera explosión de ensayo en territorio lituano: el Kaunas Arena.
Y, ante la diana bastante inmóvil de Bulgaria, Scariolo usó ayer el Pabellón Aguas Vivas de Guadalajara como Oppenheimer y los suyos usaban las probetas de Los Álamos en busca de solucionar la fisión nuclear y la difusión de neutrones. Scariolo abrió con alternancias de zonas y con un inédito dúo de pivots: Marc Gasol y Felipe Reyes. Y los neutrones volaban sueltos. Reacciones en cadena: 16-7, rumbo a 22-7, cuatro triples de Navarro y dos de Calderón. 66,6% de aciertos en tiros de campo: 27-10, primer cuarto.
En el segundo cuarto, Bulgaria emergió con 0-7, pero una ducha de agua pesada, como lluvia radiactiva, redujo a chatarra a los búlgaros: habían aparecido Pau Gasol, Tall Man, Hombre Alto, que empezó a anotar con un triple, y Serge Ibaka, Flying Blocker Boy, Chico Volador y Taponador: nada de Fat Man. Algo parecido a una bruñida fortaleza volante B-29. Al descanso, la ducha radiactiva había atomizado el partido: 55-27. Con Llull, los neutrones crecían: en el intermedio, 19 puntos para Navarro, con 5/6 en triples... y España en total de 8/18 desde la línea de tres.
El 65-35, minuto 27, fue otra descarga voladora de Rudy, no se sabe si con la vista en Dallas o en Madrid. El resto no fue partido, sino experimento. Fin, 96-59. "Activen Manhattan", ordenó el presidente Truman en agosto de 1945. "Vámonos para Lituania", dirá ya mismo el presidente Sáez. Pues eso.