España tropieza pese a la exhibición de Torrens

La Selección femenina perdió su primera batalla en Polonia. Cayó ante Montenegro con su comandante, Amaya Valdemoro, viéndolo desde el banquillo, y con su principal soldado, Sancho Lyttle, irreconocible. Por ahora la pívot no tiene nada que ver con la del Mundial, donde promedió 18,4 puntos y 11,5 rebotes y fue incluida dentro del quinteto ideal.

Ante Montenegro, Lyttle salió en primera línea de combate -frente a Alemania la cinco titular fue Pascua-, pero ni recibió balones de espaldas a canasta ni pudo frenar a Turcinovic y Perovanovic (29 puntos-14 rebotes, entre las dos).

Faltó un alto cargo que pusiera la cabeza -España volvió a mostrarse demasiado acelerada en determinados momentos y terminó el primer cuarto con ocho pérdidas- y el corazón cuando las fuerzas de Alba Torrens, imparable hasta el último cuarto, flojearon. La alero mallorquina empezó enchufada (5 puntos en el primer minuto y 18 al descanso) y fue la líder en la remontada española (del 24-36 al 39-39) junto a Silvia Domínguez, que le imprimió rapidez al juego español y le creó más problemas a Skerovic. Pero, en el último cuarto volvieron las dudas, las prisas y Perovanovic sentenció con ocho puntos casi consecutivos.

"Tengo el recuerdo de la Copa. Entendimos cuál era el camino y no volvimos a perder en toda la temporada", escribía tras la derrota en su twitter Domínguez, que tras aquel tropiezo terminaría campeona de España y de Europa con el Avenida. A eso se agarra ahora la Selección: a que lo de ayer sólo sea un pequeño borrón en el camino hacia el oro.