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baloncesto | selección

Garbajosa, hermano mayor de la generación de oro

El regreso a España y, sobre todo, el oro mundial en Japón le catapultaron internacionalmente y Toronto le acogió en la NBA, demostrando que tenía sitio en la meca del baloncesto.

EFE | Madrid
Garbajosa deja la Selección tars vestir 166 veces la camiseta nacional.
Diario AS

Jorge Garbajosa, el hermano mayor de la generación de oro del baloncesto español por haber nacido dos años antes que Navarro, Gasol y Reyes, ha decidido poner fin a su trayectoria internacional con la selección, después de vestir 166 veces la camiseta nacional.

Campeón del mundo (Japón, 2006), de Europa (Polonia, 2009), subcampeón olímpico (Pekín, 2008), subcampeón de Europa (España, 2007 y Suecia, 2003) y Bronce europeo (Turquía, 2001), son algunos de los triunfos obtenidos por un jugador irrepetible que sirvió de nexo entre dos generaciones y de catalizador de la llamada generación de oro.

Aunque comenzó jugando de ala-pívot por sus 206 centímetros, su buena mano en el tiro exterior hizo que fuera ampliando su radio de acción más allá de la línea de tres puntos, convirtiéndose en el primer hombre alto español determinante en el tiro, lo que le hizo fundamental en Europa y le tendió un puente de plata hacia la NBA.

Jorge nunca fue un buen estudiante, aunque sí una persona muy inteligente. Con 16 años y tras militar en el Juventud Alcalá dio el salto al Baskonia. Allí acabó de pulir su juego brillante y comenzó a despuntar como jugador.

Con 23 años decidió dar un nuevo giro a su carrera y se marchó a la Lega italiana. En el Benetton Treviso, Garbajosa estuvo cuatro años y acabó de madurar como jugador y como persona, al mismo tiempo que comenzó a brillar en la selección.

En Italia, Garbo, aprendió a ser profesional dentro y fuera de la cancha y todos los entresijos del oficio de jugador, lo que unido a su inmensa calidad y clase hicieron de él un hombre imprescindible en cualquier equipo.

La vuelta a España, al Unicaja, y, sobre todo, el oro mundial en Japón le catapultaron internacionalmente y Toronto le acogió en la NBA, demostrando entre los mejores que tenía sitio en la meca del baloncesto.

Los problemas comenzaron en marzo de 2007 cuando sufrió una grave lesión de tobillo en un partido contra los Boston Celtics. Al Europeo de España'07 llegó por lo pelos tras una larga y difícil recuperación, seis meses, y después de que la Federación Española tuviera que gestionar un elevadísimo seguro médico, que mantuvo en jaque a todo el mundo hasta casi el comienzo del primer partido del campeonato de Europa.

Aquella lesión fue el comienzo de su particular calvario. La siguiente temporada jugó menos y en noviembre le detectaron una necrosis y una fisura en la tibia por lo que tuvo que volver a pasar por el quirófano y al dique seco.

Al acabar la temporada, la cita olímpica de Pekín''08 obligó a Garbo a hacer encaje de bolillos para poder estar presente. Toronto no quería que jugara con España y Jorge decidió cortar por lo sano renunciando al tercer año de contrato que tenía con los canadienses, tras no pocos problemas y negociaciones en las que también tuvieron que intervenir la Federación y la aseguradora médica contratada.

Tras subir al segundo escalón del podio olímpico, Jorge fichó por el Khimki ruso, pero las lesiones le impidieron tener un rendimiento regular. Eso sí Garbo siempre se las arregló para no faltar a su cita con el equipo nacional.

El oro europeo en Polonia le dio vida y volvió al baloncesto ACB, al Real Madrid, consciente de que ya no era el mismo. Su maltrecho tobillo le impedía dominar físicamente, pero en calidad y cabeza pocos le podían superar.

En el Madrid no pudo cumplir el sueño de retirarse en casa, o cerca, donde nunca había jugado al máximo nivel, porque el 24 de enero de este mismo año el club le dio la baja. Jorge, sin una palabra más alta que otra y sin ningún reproche, decidió marcharse a su segunda casa, a Málaga y al Unicaja, en donde apura sus últimos sorbos de baloncesto.

Ahora, la selección, su equipo de siempre, pierde a uno de sus mejores jugadores y a uno de sus más incondicionales fan. "El día más importante de mi carrera es el que debuté con la selección", ha dicho en más de una vez el jugador.

Jorge dio tranquilidad, pausa, ánimo y ejemplo a toda una generación de jugadores, a los júnior, a los que convirtió en la generación de oro del baloncesto español. Pau, Juan Carlos y Felipe no volverán a tener a su hermano mayor en pista.