ACB | B. BILBAO 68-REAL MADRID 51
Jaque al Madrid
El efecto Miribilla funcionó y el Bizkaia Bilbao se agarró a su afición para colapsar el ataque blanco y arrasar en el rebote con Banic y Hervelle. Los de Katsikaris tocan la gloria (1-2). Si ganan mañana otra vez en su cancha, se meterán en la final por primera vez en su historia.
El efecto Miribilla era real, nada de literatura barata, y a él se agarró un espléndido Bizkaia Bilbao para aniquilar al Madrid en comunión con su hinchada (19-7 ya de salida). Los hombres de negro tocan la gloria, a sólo otro triunfo de la primera final de su historia, y mañana vuelven a jugar en casa. Para los de Molin, sobreponerse a este jaque en toda regla es posible; pero jamás lo conseguirán con la desidia de ayer.
Sólo Sergio Rodríguez asomó el pescuezo en plena quema generalizada. Su rapidez y claridad de ideas le permitieron recortar doce puntos y poner a su equipo a cinco (45-40) en el último minuto del tercer periodo. ¡Hay que correr! Era vergüenza torera, con Tomic y Fischer de pívots y con los tres bases en cancha. El arreón se diluyó porque los de Katsikaris guardaban para el final los fuegos artificiales: parcial de 11-0 con Banic pletórico, y Jackson y Vasileiadis ametrallando a discreción. Ya sueñan con la gloria, ¿habrá hazaña?
El Madrid terminó con ¡51 puntos! y eso gracias al postrero 2+1 de Begic. Significa su anotación más baja en la Liga en 46 años y la peor de siempre en un partido de playoffs, aunque este año en Europa ya se había quedado en 49 (Charleroi).
Les contábamos al principio de la serie que el Madrid era superior al Bilbao, y lo es por presupuesto, talento y físico, no lo duden. Sin embargo, este deporte es de equipo y el Bizkaia puede presumir de juego coral; el rival no. Y de una determinación colosal, la de Hervelle y Banic, la que les catapultó bajo los aros: 15 rebotes más, 14 a 3 en los ofensivos. Actitud y coraje frente a un equipo blandito, sin las ideas claras, que ha perdido el rumbo y que sólo corre en circunstancias extremas. Mal.
El Bilbao volvió a colapsar con su defensa el juego al poste del Madrid, a Tomic. Eso unido a las faltas rápidas de Llull y a la brecha inefable en los triples (10 a 2, 40% a 13%) hizo añicos el duelo. Mañana es el día.