El clásico catalán entre el DKV Joventut y el Regal Barcelona era la ocasión propicia para los badaloneses de dejar atrás sus desastrosas últimas actuaciones. A pesar de la derrota (65-68), el juego de los de Pepu Hernández, basado en una férrea defensa, no tuvo nada que ver con la triste imagen ofrecida en las últimas jornadas.

La mayor profundidad de banquillo en los azulgrana y el dominio absoluto del rebote (50 capturas, 19 en ataque, por apenas 32 del DKV) obligó a los verdinegros a un gran derroche físico, especialmente en la segunda mitad. La máxima ventaja visitante llegaba al final de la primera parte (21-36, minuto 18). Tras el descanso se acabó la sequía local desde la línea de 6,75 (0 de 7 en los primeros 20 minutos) y, con 4 triples seguidos, la diferencia se redujo a la mínima expresión: 48-49, min. 27. El Barcelona especuló con el marcador y nunca dejó a su rival que se pusiera por delante.