euroliga | maccabi 81 - caja laboral 60
Maccabi arrasa a un Caja Laboral contra las cuerdas
Los vitorianos sólo compitieron los primeros diez minutos (24-23) y enterraron sus aspiraciones de triunfo con un segundo y tercer cuarto nefastos en los que solo anotaron 22 puntos.
El Caja Laboral saldó con un contundente batacazo, 81-60, el tercer partido de cuartos de final de Euroliga en la pista del Maccabi Tel Aviv y se queda al borde de la eliminación si el jueves vuelve a caer en el Nokia Arena.
Los vitorianos sólo fueron capaces de competir los primeros diez minutos, 24-23, y enterraron sus aspiraciones de triunfo con un segundo y tercer cuarto nefastos en los que solo anotaron 22 puntos. Caja Laboral se desmoronó en un segundo cuarto en el que anotó siete puntos. No fue mucho mejor el tercero donde anotaron quince para recibir 28 y el periodo final fue ya un mero trámite como antesala del cuarto y trascendental duelo del jueves.
Maccabi comenzó exhibiendo sus recursos ofensivos y en Caja Laboral Barac asumió el mando anotador pero la tercera falta, en tres minutos, le condenó al banquillo muy pronto. Los vitorianos aguantaron el envite al final del primer cuarto, 24-23.
El inicio del segundo arrancó con la rotura de ligamentos en la rodilla derecha del local Dorom Perkins que le llevó a vestuarios y se perderá el resto de temporada. Esa ausencia encendió a Maccabi que, liderado por los quince puntos de Pargo en el primer tiempo, endosó un 10-0 para marcharse 36-25. El Baskonia se colapsó en ataque con un cuarto nefasto en el que solo anotó siete puntos y alcanzó el descanso 41-30.
La reanudación fue un recital amarillo con el festival de triples de Blu y la inspiración de Pargo distanciando a los de Ivanovic, 59-38 en el minuto 26, ante un Caja Laboral hundido, fuera del partido y con muchos minutos por delante para recibir un contundente repaso.
Con 24 puntos de desventaja, 69-45, encararon los vitorianos el trámite de jugar los diez minutos finales tratando de capear el aluvión de baloncesto al que les sometieron los de David Blatt.