El Barça se deja remontar y se la jugará en Atenas

En un segundo partido de baloncesto vibrante entre los dos últimos campeones de la Euroliga se impuso la fortaleza final del Panathinaikos (71-75), liderado por un de menos a más Diamantidis, ante un Regal FC Barcelona que jugó muy bien en la primera parte y llegó a disponer de 16 puntos de diferencia.

Xavi Pascual, que le había ganado la partida claramente a Obradovic, deberá estudiar lo sucedido en una segunda parte en la que se quedó en 33 puntos y, más importante, no supo en ningún momento volver a la senda de la primera parte. Ciertas jugadas de resolución discutible, como la última posesión blaugrana, decantaron el partido hacia los griegos.

Esta noche no fue un partido resuelto por detalles, sino por tener dos partes bien diferenciadas y ser la buena la segunda, en la que los griegos jugaron casi tan cómodos como si el Palau Blaugrana fuera el OAKA. Ahora, será el feudo griego quien diga si la eliminatoria debe volver a la capital catalana o, por contra, si Barça o PAO ya sacan el billete para la ''Final Four'' del Sant Jordi.

Al Regal FC Barcelona le pesó en el tercer cuarto no haber matado el partido en la primera parte. Y es que la sensación de estar perdonando era palpable en una grada que asistió a unos 40 minutos iniciales de mucho nivel en el bando blaugrana, de los mejores de la temporada. Con una mejor defensa que en el primer partido de la serie, y clarividencia en ataque, los de Pascual dieron toda una lección de baloncesto.

Que todo un Panathinaikos se quedara al descanso con 28 puntos lo dice todo. A diferencia del partido inaugural de esta serie, Navarro sí apareció con cierta regularidad y a Obradovic no le funcionó la táctica de secar a Ricky, ya que la carta de abrir juego con Lakovic volvió a funcionarle a Pascual.

No obstante, si en la primera parte el Barça estuvo tácticamente casi perfecto, no fue así en anotación. El Panathinaikos estuvo listo, ya que ante su ineficacia ofensiva supo hacer faltas y jugar al límite del reglamento para enviar a los blaugrana a una línea de tiro libro donde no estuvieron cómodos. Fue una de las claves para que el Barça, que llegó a escaparse de 16 puntos en el segundo cuarto, no cogiera más rentas cómodas antes.

Se llegó a dicha diferencia a base de triples y una salida en tromba tras los diez minutos iniciales, pero tan pronto se vio hecho el 2-0 como se desvaneció el sueño. Y es que este partido tuvo dos caras bien distintas. Ya a finales de segundo cuarto un parcial de 0-9 cortó las alas del Barça, que pese a ello llegó con 38-28 al descanso.

Pero la remontada griega estaba servida. La semilla creció y creció hasta convertirse en un Hércules que barrió al Barça de la pista. De repente, como si hubieran dormido a los de Pascual, Panathinaikos y un hasta el momento inerte Diamantidis fueron recortando las diferencias hasta ponerse, con polémica servida por técnica a Navarro, a un solo punto a falta del cuarto final (57-56) en un parcial de 19-28 en el tercer periodo.

Con un partido prácticamente nuevo por jugar, el primero en golpear fue Romain Sato, muy inspirado esta noche el ex blaugrana. Su 0-5 particular puso arriba a los griegos y, con el golpe moral que asestaron, empezaron a abrir brecha en el marcador. Los blaugrana no encontraban espacios, y perdieron la concentración en defensa, haciendo muy difícil volver a voltear el partido.

Tuvo opciones, como un triple fallado por Lakovic con 68-72 y poco más de un minuto de juego. En él, muchos fallos y aún así esperanza con un 2+1 de Navarro (71-72). No obstante, en la bola caliente, Lakovic volvió a errar un triple que era el de la victoria, con 71-73, y Batiste puso el 71-75 final obrando el milagro.