ACB | Fuenlabrada 72 - Real Madrid 86
Llull galopa y Morris Almond descabalga
El base, 20 puntos en el adiós del Fuenla en casa.
El Madrid ganó bien, a secas, en el adiós a la temporada en el Fernando Martín. Estuvo concentrado, preciso en el tramo clave. Se vio incluso 17 arriba en el último minuto (67-84). Pero ni se redimió del naufragio ante el Caja Laboral por la segunda plaza, repitiendo otra triste puesta en escena (20-11); ni aportó novedades que den esperanzas al aficionado. No, no se vislumbra un cambio radical de aquí al playoff.
La temporada para los de Messina arrancó comparando músculos con el Barça, casi de tú a tú, y ahora quizá deba preocuparles más el duelo al sol en cuartos, a lo mejor con el Unicaja. Hace dos años, en idéntico cruce, los blancos tropezaron en Vistalegre y 48 horas después caían eliminados en Málaga.
El Ayuda en Acción Fuenlabrada intentó despedirse de su afición y de una buena campaña con el triunfo en el derbi. No estaba Fitch por lesión, pero Burstein puso el talento y Mainoldi cinco triples. Además, Guardia se hizo más histórico al superar los 6.000 minutos con el club en la ACB. No bastó, porque el rival barrió en el rebote (Van den Spiegel reaparecía cinco meses después) e impuso su ritmo y calidad pese a la baja de Prigioni (molestias musculares en un glúteo).
Imprescindible.
Messina se jugará lo que resta sin más cambios de rumbo. Llull es imprescindible. En los últimos seis partidos, desde que es titular como escolta (aunque también actúe de base), promedia más de 18 puntos. Ante el Fuenla también rompió: 20 y dos canastas seguidas que abrieron brecha (62-70) y luego un palmeo increíble. Junto a él, Tomic (secó a Batista y se llevó 12 rebotes), el buen trabajo de Reyes y la evolución de Velickovic como alero. Y queda Morris Almond El americano se estrenó desde la personal a once segundos del final tras fallar cuatro tiros. Siempre estático, invisible así para sus compañeros. Va a sufrir y, sin otros aleros, el Madrid también.