A España le avala su gran equipo

Baumann lleva década y media en la FIBA, los últimos seis años como secretario general. Atrás queda su etapa de delfín de Stankovic. Ahora es el hombre fuerte y se ha propuesto una labor evangelizadora: llevar el baloncesto a todos los rincones del planeta. Sueña con que África y Asia den un paso hacia delante, al tiempo que se esfuerza en equiparar las reglas del juego con las de la NBA. Otra manera de crecer. El suizo llegó al cargo tras el fracaso del Mundial de 2002, con un país, Estados Unidos, ajeno al evento que organizaba. Desde entonces, los torneos han tenido más repercusión y Baumann presume de que en Pekín al baloncesto sólo le superó en interés el atletismo.

Su próximo reto, el mayor de todos, es convertir el Mundobasket en un acontecimiento social, con el fútbol y el rugby de modelos. La fecha marcada es 2014, precisamente el campeonato que pretende organizar España. Y, en medio, China, el otro candidato junto a Italia. País asiático, con más de 1.300 millones de habitantes y con un papel clave en la popularización del baloncesto. Sin embargo, su selección no es competitiva y difícilmente lo será entonces, al contrario que España. Y sin equipo anfitrión fuerte, no hay acontecimiento social. Tan cierto como que EEUU debía ganar en Pekín sí o sí.