Portland le preparó a Rudy Fernández un recibimiento especial
"Estoy mejor y casi recuperado".
Las aficionadas de los Portland Trail Blazers han convertido a Rudy Fernández en su nuevo osito de peluche, su hijo adoptivo o su gran amor. Por eso, esta madrugada le prepararon un recibimiento especial cuando se sentó en el banquillo del equipo de Oregón, todavía con molestias por el aterrizaje forzoso sobre el parqué al que le sometió el lunes el matón de los Lakers Trevor Ariza.
En Portland, se venden como rosquillas las camisetas con la serigrafía I love Rudy. En ellas aparece un corazón inmenso de color rojo para demostrar el amor que tienen las chicas (jóvenes, madres y abuelitas) hacia el escolta mallorquín. A Rudy le quieren, en buena medida, porque confían en que lleve a su equipo a los playoffs y les permita vencer a los tan odiados Lakers.
La decisión final sobre si Fernández se vestía de corto para el partido que esta madrugada enfrentaba a los Blazers contra los Mavericks dependía de él, de los doctores y también de Nate McMillan, su entrenador, que ayer por la mañana declaró a una cadena de televisión local, que estaba convencido de que Rudy estaría en la pista.
Noticias relacionadas
Pero ya sea con el uniforme blanco y rojo o con uno de los trajes de diseño que se trajo de España, el chico de moda en Oregón iba a estar en el banquillo del Rose Garden para recibir el cariño de las aficionadas a las que este año ha regalado 10,4 puntos 2,8 rebotes y 2,1 asistencias de media por partido.
Ayer, el escolta español seguía teniendo algún dolor en el pecho y en el costado derecho, pero tranquilizó a sus seguidores, a sus amigos y a sus familiares: "Estoy mejor y casi totalmente recuperado".
