ACB | Real Madrid 100 - DKV Joventut 88
Lavado de cara blanco ante el DKV de Ricky
Hervelle sobresale y el Madrid vuelve a ser tercero.
La visita de Ricky Rubio le sirvió al Madrid para pegarse un lavado de cara. Había perdido tres de sus últimos cuatro encuentros (Copa, ACB y Euroliga), pero, sobre todo, había caído dos veces ante el Barça transmitiendo impotencia y descontrol interno. El DKV Joventut era el rival adecuado: con estrella, con pedigrí y con una racha que le mantenía imbatido lejos de Badalona desde el 25 de octubre; aunque a la vez incapaz de batir a los mejores. De momento ha perdido con Tau, Barcelona, Unicaja y ayer, por segunda vez, con el Madrid.
Con esa rosca menos de exigencia enfrente, los de Plaza respondieron bien; muy bien. Funcionaron las individualidades, con Hervelle por encima del resto, y aún más el colectivo. Intensidad, fuerte defensa y velocidad. Si vamos más allá, la diferencia defi nitiva la marcó el juego interior blanco, que destrozó al verdinegro. Moiso, Sonseca, Bogdanovic y Jagla pecaron de blandos y dispersos en muchas acciones. Aguantaron en el rebote, es cierto; sin embargo, claudicaron en defensa, donde les hicieron la vida muy fácil a Hervelle (7/9), a Van den Spiegel (5/5) e, incluso, a Massey (4/5). Seis jugadores blancos anotaron diez o más puntos (entre ellos ni Bullock ni Reyes) y hasta nueve repartieron alguna asistencia. En total, 23. Ejemplo claro de fluidez ofensiva.
En la Penya, en cambio, un solo jugador, Ricky Rubio, condicionaba más el rumbo. Empezó fallón mientras Pau Ribas firmaba nueve de los doce primeros tantos visitantes: 7-12. Vistalegre no estaba para regalos y el duelo se igualó pronto (15-15). El Madrid tomó la iniciativa, dominaba físicamente, perdía pocos balones y robaba más (12). El efecto Ricky (3/4 en tiros de tres y 10 asistencias) le valía al DKV para ir dando tirones: 31- 35 y 55-56 tras un triple del Chico de Oro. Luego, 57-59. Sería la última ventaja de la Penya, que entregó la cuchara en el asalto final. Los blancos aún guardaban fuerzas para completar su mejor parcial ofensivo: 31 puntos en el último cuarto. El Madrid se pone tercero y coge aire a costa de la autoestima del Joventut, cuyo último recurso fue una zona 1-3-1 bien atacada por Raúl López. Para Plaza y su equipo los exámenes de verdad son otros.
Axel Hervelle
"No queríamos entrar en una espiral negativa y por eso teníamos que ganar al Joventut. No contemplábamos la opción de la derrota y salimos muy motivados. Corrimos y la defensa marcó la diferencia. No aguantaron el ritmo. Ahora debemos seguir pegados al Barcelona, por si cometen errores".