Las chicas se marchan por la puerta grande

Pekín 2008 | Baloncesto femenino | España 65 - Rusia 84

Las chicas se marchan por la puerta grande

Las chicas se marchan por la puerta grande

Dominaron a Rusia, pero se desfondaron al final

Fue una caída emotiva, en los cuartos de los Juegos, contra un dinosaurio, Rusia. Pero también con dolor. España fue mucho más que su prestigioso rival en la primera parte y acumuló una distancia (30-12) que permitió soñar con una gesta histórica.

Ganar a Rusia suponía rebasar barreras insospechadas en nuestro baloncesto femenino: las semifinales de los Juegos. España lo habría conseguido si hubiese encontrado el menor titubeo de las rusas que, sin embargo, frías, soportaron su peor momento y supieron tener paciencia, la base de cualquier remontada. Mezclaron, para el éxito, la frialdad de sus tiradoras, y la chispa de Becky Hammon. Traidora a su país de origen, Estados Unidos, desde ayer la consideran un poquito más rusa.

Hammon tiró de su equipo en momentos críticos. Porque España lo puso difícil de verdad. Jugó con seriedad y se apoyó, firme, en Amaya Valdemoro, que tuvo el bastón de mando en la primera parte y, con 14 preciosos puntos, permitió pensar lo mejor.

Cuesta abajo.

Rusia, además, se encontró un clima sorprendente. Una inesperada colonia rusa convirtió en un volcán el Wukesong. Y al grito de guerra de Ra-si-ya fue menguando la diferencia y completó la remontada (50-49) a menos de tres minutos para acabar el tercer cuarto.

Todo fue cuesta abajo. Las chicas de Evaristo se fueron abrumadas. La zona que había funcionado, las ayudas que llegaban al momento, las decisiones correctas en todos los ataques, desapareció en la segunda parte. Dijo el seleccionador, antes de los Juegos, que segundos o novenos, se iría satisfecho si daban el máximo. No puede tener dudas.