Marc Gasol no será el MVP de la 28ª jornada de la ACB, así que ya les desvelo el final de la historia, se acabó el suspense: el Real Madrid ganó al Akasvayu Girona (77-69). Marc es mucho Marc en el equipo gerundense, aunque la dependencia no es tan alarmante como algunos contaban ayer por Vistalegre. Aún sin el mejor Gasol, el Akasvayu mantuvo el tipo hasta el tramo final del partido (67-63, con cuatro minutos por jugar), y eso da fe del buen trabajo de Pedro Martínez. Pero el Akasvayu tuvo la mala suerte de encontrarse a un Real Madrid que ayer no repitió pecados como los de León o Bilbao. No levantó el pie del acelerador, no, y encima se balanceó al son de Raúl López, que cuajó su mejor partido de blanco. Fue una delicia ver jugar al de Vic, anotador -me repito, pero Raúl debería mirar más al aro- y director soberbio, impartiendo un clínic acelerado de todo lo que es: gran manejador de balón, excelente pasador, rey de la filigrana cuando penetra.
Raúl mandó y el Madrid se sintió tan cómodo que incluso Papadopulos recuperó sonrisa. Sólo en un tapón que le anularon -éste sí, correcto, no como el que aún recuerdan por La Casilla- agachó la cabeza; el resto de su actuación fueron buenos movimientos, ganchos con copyright y un reverso en el que dejó a Gasol temblando y machacó el aro. Con Marc y Reyes jugando al ratón y al gato, pues sólo coincidieron en pista y en el ansiado cara a cara a partir del minuto 25 (52-42), San Emeterio se erigió en el líder gerundense. Acertó en el tiro y no rehuyó nunca el cara a cara. Tampoco lo hizo Hervelle en el cuadro local (nunca lo hace), donde la ausencia por lesión de Bullock no pasó factura. En Akasvayu, Daniels y Whitfield dejaron que desear; en el Madrid, Llull fue titular, pero luego Plaza se olvidó de él. O quizá es que el virtuosismo de Magic Raúl oscurecía a todos los demás. Seamos malos, pidamos desde aquí "Raúl, Selección". Lo siento, Pepu, pero hay que animar la previa olímpica.
Plaza "Mantenemos la concentración"
Felicito a mis jugadores por el gran partido ante un rival que venía algo tenso tras su última derrota. Sin Bullock, los entrenamientos se habían resentido, pero el equipo respondió con el buen trabajo de jugadores como Sekulic, que hace quizá una labor oscura, pero muy productiva. Los felicito porque no es fácil mantener la concentración tras siete victorias seguidas".
