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Pau Gasol no despierta de su sueño
Los Lakers sumaron su tercer triunfo consecutivo en su gira por el Este en un partido en el que Pau Gasol tuvo un estreno sensacional: 24 y 12 rebotes. El español surgió en el último cuarto (11 puntos) para romper un duelo que su equipo tardó demasiado en desequilibrar. Ante unos Nets que pasan por un momento muy delicado, la mala actuación de Kobe impidió un triunfo más holgado. Al final, decidieron la mano de Fisher, la actividad de Odom... y la imponente presencia en los dos aros de Pau Gasol.
Habían transcurrido poco más de tres minutos de partido en el IZOD Center de New Jersey cuando Pau Gasol enlazó dos mates casi consecutivos para estrenar su cuenta anotadora como jugador de los Lakers. Uno llegó tras pelear un rebote ofensivo, otro tras una de esas grandes asistencias que factura Lamar Odom con tanta facilidad... y las dos sonaron a catarsis, a regeneración, a la energía recuperada por un jugador que ha pasado de la pesadilla de Memphis al sueño del Staples Center, de Phil Jackson, de Kobe Bryant y de un futuro en el que el anillo no es una quimera sino una empresa grandiosa.
Fue la carta de presentación de Gasol en un partido que los Lakers ganaron (90-105) tras un pésimo primer tiempo y un segundo en el que aprovecharon la inclinación natural que tomó el duelo ante el paulatino derrumbe de unos Nets en horas muy bajas (8 derrotas en 10 partidos). A partir de ahí, Gasol mantuvo un ritmo de producción sostenido y regular, con una renovada intensidad defensiva y reboteadora que le llevó a las tres personales, y con ellas a demasiados minutos de banquillo en el primer tiempo. Pero quedaba lo mejor.
En la reanudación, Gasol no bajó su intensidad pero bloqueó su contador de personales, se creció bajo los aros y explotó en el último cuarto, en el que sumó 11 puntos y 5 rebotes cuando el partido estaba en plena fase caliente (81-84). Ahí apareció el español bien con un buen rebote, bien con una acción de canasta y tiro adicional o bien con una asistencia de lujo a Fisher. Y ahí murieron unos Nets que acabaron con Carter desesperado haciendo la guerra por su cuenta. El escolta firmó 27 puntos, demostró pundonor a pesar de sus circunstancias personales y, sobre todo, evidenció una vez más que es un jugador letal cuando se dedica a penetrar y no a lanzar constantemente desde la línea exterior.
La aportación final de Gasol, al que no hay que olvidar que muchos han acusado de debilidad en los finales igualados, se completó con 4 asistencias y una serie de 10/15 en tiros de campo. Números extraordinarios para un debut que llegaba, además, con sus problemas de espalda recién superados y en un día en el que Kobe Bryant firmó uno de los peores partidos que se le recuerdan, con más perdidas de balón (7) que puntos (6). En el lado positivo, su participación en el juego (8 asistencias) y la constatación de que los Lakers son un equipo sólido capaz de ganar sin Bynum, sin Ariza, con Walton muy mermado y con Bryant bajo mínimos tras sus exhibiciones en Toronto y Washington.
Ahora, Kobe se lo puede permitir porque ahí están Gasol, Odom (14 puntos, 15 rebotes) y un soberbio Fisher, autor de 28 puntos y principal sostén del equipo en los peores momentos del primer tiempo, cuando el partido se jugaba al ritmo cansino de los Nets, que sobrevivieron hasta el ecuador del último cuarto gracias a Carter, a Nachbar (19 puntos, 10 rebotes), y a añadidos como el doble-doble de un Kidd (11 puntos, 10 asistencias) que demostró en el tramo final que su mente está lejos, muy lejos del IZOD Center.
Los Lakers (31-16) ya suman tres triunfos seguidos casi en el ecuador de su gira maratoniana por el Este. Su único derrota se produjo en Detroit y tras un postrero triple de Prince. La siguiente parada es Orlando, donde espera un rival de mucho más peso que esta triste versión de los Nets (20-28), y donde Gasol tendrá trabajo duro de verdad ante la maquinaria interior de los Magic, que combina la elegancia de Turkoglu con la devastadora fuerza de Howard, "the beast in the East".
Pero el futuro se presume brillante para los Lakers incluso en la espera, entre la ansiedad y el toque zen de Phil Jackson, del retorno de Andrew Bynum. Ahí se completará la fórmula perfecta de estos nuevos Lakers (Fisher, Bryant, Odom, Gasol, Bynum) y ahí comenzará la verdadera lucha en busca de las rondas finales de los terribles playoffs del Oeste, donde esperan armas de destrucción masiva (Dallas, San Antonio, Phoenix...), máquinas de precisión letal (Utah, New Orleans), equipos tan descomunales como frágiles (Denver), o secundarios de excelente nivel como son los Warriors o como pueden llegar a ser Blazers o Rockets. Pero esa será otra historia. El siguiente capítulo es Orlando para los Lakers y para un Gasol que, con un debut como este, tiene licencia para seguir soñando.