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Eurobasket | La contracrónica

Triple miseria

Con el 'no triple' de Calderón todos nos quedamos chafados. Lo siento por gente como Pepe Sáez, Jaime Lissavetzky y la millonaria afición de este deporte que continúa soñando con bañarse algún dia en oro. Pues va a ser que no...

Triple miseria

Siempre Alemania.

Dijo en su día Gary Lineker que el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once pero en el que siempre gana Alemania. Ingenuamente, creí que en esto del basket sería distinto. Iluso. Hace casi tres lustros recuerdo como los germanos nos echaron del Europeo en el que eran anfitriones gracias a un final agónico en el que mi admirado Nacho Azofra erró un tiro libre que sigue clavado en el recuerdo como una daga. Los alemanes son en baloncesto como Camerún en fútbol. No aparecen en la quiniela de favoritos, pero siempre la acaban liando. Esta vez les bastó con el talento NBA de Dirk Nowitzki y de su tiro exterior para desterrarnos de la final. Plata parece, oro no es. Me la tengo que comer. Como siempre

El emigrante.

Sería fácil demonizar ahora a los jugadores, decir que desde que arrasamos a Serbia hemos sido un globo hinchado artificialmente y que cuando toda España nos alienta acaba entrándonos el síndrome del españolito acomplejado y prejuicioso. De hecho, muchos de los chicos de Pesquera parecían ver anoche a los alemanes como si fuesen hijos de aquellos emigrantes que en los 60 hicieron fortuna y oficio en el gigante del Rhin. El espíritu de Alfredo Landa y Pepe Isbert no bastó. Lástima que sólo Muresan Vázquez y Bomba de racimo Navarro supiesen levantar su voz con orgullo hasta provocar un desenlace alejado del fatalismo de siempre. Hoy ganaremos a Francia y seremos de bronce. Sabe a poco

Voz sabia.

No hay nada como leer a los que verdaderamente saben de esto para dejarse de zarandajas y evitar descalabros emocionales como el de ayer en Belgrado. Escribía Juan Mora hace tres días (el que avisa no es traidor) que ya en la primera fase nos frieron a base de triples los letones y los israelíes. Ese era el gran peligro. Ante Croacia nos salvó que fuese un equipo de muchos centímetros y poco perímetro, pero los alemanes lo tuvieron clarito. Nos clavaron 13 desde la línea de 6,25. Esto me recuerda a los falsos imitadores del dream team de Estados Unidos en Atenas 2004. Nos enchufaron 24 (un tal Marbury que parecía Larry Bird) y resulta que luego les echaron de la ruta del oro olímpico a gorrazos. España nunca piensa en grande. Por eso sus resultados sólo rozan el poste de la divinidad. Maestro Mora, tú sí que sabes

Galácticos.

Al final, todo se redujo a un pique entre dos galácticos de la canasta. Nowitzki y Navarro. Navarro y Nowitzki. Cincuenta y cuatro puntos entre ambos (27 y 27). Dos fieras. Dos líderes. Pero, como me avisó mi primo Nano, "si los alemanes llegan a la última jugada con opción, el Nowitzki ése nos tumbará. Es el mejor europeo de la NBA". Y así fue. Navarro hacía una suspensión preciosa, pero Dirk esperó su momento. Nos mató. El triple desesperado de Calderón ya era pura rutina. También el chaval falló la última jugada del Tau-Madrid tras el triple mágico de Herreros. Por cierto, ¡qué bien nos hubiera venido la experiencia de Albertovic!