El Barça es el mejor club polideportivo del mundo, pero la alegría no puede ser plena si no carburan sus principales locomotoras.
Cuando Jon Rahm causó baja en el US Open por un corte en un pie, pensé en Novak Djokovic. Los dos se han estancado este curso por diferentes razones.
Marc Gasol, Sergio Rodríguez y Rudy Fernández, que terminará su carrera con España, eran los únicos que quedaban en activo del oro de Saitama en 2006.
Ha llegado el momento de “romper la sequía” en el remo olímpico. Y de olvidar las comparaciones con el piragüismo.
La franquicia de Boston logra su 18º anillo, y rompe el empate con los Lakers, tras desbancar en la final a los Mavericks de Luka Doncic.
El ejemplo que nos trasmite Molina, ganador de las 24 Horas de Le Mans, es parecido al de Palou, doble campeón de la IndyCar. Y también lo puede rubricar Sainz padre.
Los Europeos Acuáticos, metidos con calzador en el calendario, han tenido a España en lo alto del medallero con la artística, pero es una anomalía.
La gallega es, como dice Pedroso, “una atleta de guerra”, que multiplica su rendimiento en los grandes campeonatos, donde ya suma siete podios.
A Rudy aún le resta otra despedida con la Selección, la búsqueda de la clasificación para París 2024, donde puede hacer historia con sus sextos Juegos.
El Dauphiné suele ser un ensayo fiable para el Tour de Francia, que ofrece rigurosas pistas sobre qué puede ocurrir unas semanas después. En este 2024, sin embargo, no lo ha sido tanto.
Los Juegos Olímpicos del verano se presentan como la última cita para varios pilares de Hispanos y Guerreras, que buscarán con ahínco la medalla.
Lo normal es que la nueva era que se ha abierto en este primer semestre de la campaña sea ya imparable, el inicio de un nuevo clásico, un mano a mano entre Sinner y Alcaraz para marcar época.
“¿Cuál te haría más ilusión ganar?”, insistió el periodista. “Roland Garros y Wimbledon”, añadió aquel chaval de 12 años. Objetivo cumplido.
Roland Garros, marcado por el dominio de Rafa Nadal, tendrá hoy un nuevo monarca: Carlos Alcaraz o Alexander Zverev.
El español jugará en Roland Garros su tercera final de Grand Slam, en tres superficies diferentes: dura, hierba y… tierra. Nadie encadenó tan joven una serie tan variopinta.
Las participaciones masivas solo lograban un alto número de eliminaciones prematuras que deterioraba la imagen de nuestro atletismo y de nuestro deporte.
El Hall of Fame cumple su cuarto certamen con un ingreso muy especial, que ha tenido que esperar a salir de la FEB, porque no quedaba aseado que se autopremiara.
Su temporada 2024 está torcida. No ha ganado ni un título y no ha jugado ni una final. Cuando los resultados no acompañan, todo son problemas.
Carlitos podría gana Roland Garros el domingo, es uno de los principales favoritos, pero ni siquiera esa victoria taparía la realidad coral del tenis español, que ha caído en horas bajas.
El equipo azulgrana cierra el curso sin trofeos, sin Final Four y eliminado de la Liga ACB por su máximo rival, el Real Madrid, que le ha endosado un 7-2 en sus duelos de la temporada.
Una semana después de la conclusión del Giro, el pelotón enfila hacia el Tour. No directamente, sino a través del Dauphiné.
El base esloveno luchará con Dallas Mavericks por su primer anillo, el segundo en la historia de la franquicia, ante los legendarios Boston Celtics.
Tres días después de su derrota en la final de la Euroliga ante el Panathinaikos, el equipo blanco consiguió una importantísima victoria ante el Barça en el primer partido de las semifinales de la Liga Endesa.
Las remontadas son una delicia para el espectáculo, mucho más en este moderno MotoGP, pero también suponen un arma de doble filo para Marc.
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