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ACTUALIDAD

Terrazas con cronómetro: ¿es legal limitar el tiempo para estar en la mesa de un restaurante?

El director de Facua, Rubén Sánchez, indica que es legal “si las cosas se hacen bien y todo el mundo que llega al local sabe el tiempo que tiene que estar”.

Terraza
Ricardo Rubio / Europa PressEuropa Press

Al sentarse en una terraza, hay algunos bares o restaurantes que tienen carteles en los que se informa del tiempo máximo de estancia en la misma dependiendo de si se trata para una comida o para tomar algo.

El motivo por el que los establecimientos de hostelería ponen están normas no es otro que tratar de sacarle el máximo rendimiento económico a las mesas que se encuentran en la vía pública (que suelen tener una mayor demanda en verano) y evitar que se produzcan hechos como que un cliente pida un café o un refresco y tarde dos horas en abandonar la terraza.

Sin embargo, muchos clientes se cuestionan si es legal que un restaurante controle el tiempo que tardan en consumir los productos. Facua le ha dado respuesta a esta pregunta en una entrevista en ‘La Hora de la 1′.

Es legal siempre que esté bien indicado

El director de Facua, Rubén Sánchez, ha afirmado que “puede ser legal si se hacen las cosas bien, que todo el mundo que llegue al local sepa el tiempo que tienes que estar”. Por lo tanto, para que esta práctica sea legal hay dos opciones: tener carteles visibles que especifiquen el tiempo máximo que se puede estar en una terraza o informar personalmente al cliente a su llegada al establecimiento.

No obstante, para que se cumpla ese tiempo máximo, aunque esté correctamente indicado, también debe existir cierta rapidez por parte del personal a la hora de servir. En el caso de que el restaurante exija dejar la mesa pero el tiempo de atención haya sido elevado, también se estaría cometiendo una ilegalidad.

Sánchez destaca que “si se hace bien, de lo que se trata es de ponderar los derechos de cada uno, pero no comer en media hora. No creo que este tipo de fórmulas triunfe mucho. Se trata de tratarnos con respeto, que cada cliente lo valore. Porque si no se hace bien puede ser un auténtico caos”.