Con la entrada del mes de diciembre se acerca también la esperada época de la Navidad. Un tiempo no solo de mazapanes, turrones y polvorones, sino también de ilusiones. ¿Y si toca este año? Cada 22 de diciembre, millones de españoles permanecen atentos a la televisión para seguir el directo el Sorteo Extraordinario de Navidad. La ilusión marca este sorteo, lleno de anécdotas y de momentos para recordar.

Un sorteo en el que, tradicionalmente, se juega de forma conjunta con amigos, familiares o compañeros de trabajo. En estas situaciones, conviene dejarlo todo bien atado una vez que se compra el décimo. Porque puede ser, y no sería la primera vez, que un décimo premiado y compartido entre varios es cobrado por quien lo tiene en sus manos y el resto de participantes se queda sin su parte del premio.

Porque, como recuerdan desde Loterías, el décimo es un documento al portador. Esto es, lo cobra quién tenga el billete. En estos casos, la forma correcta de actuar es fotocopiarlo y entregar a cada uno de los participantes una copia firmada. En ella deben incluirse el mayor número de datos: nombre y DNI de cada persona depositaria, los datos de décimo (número, serie y fracción) y la cantidad que juega cada uno.

¿Y qué documentación necesitamos como prueba? En los últimos años se ha extendido el envío de los décimos a través de WhatsApp, algo válido siempre que se incluyan los datos antes mencionados. Según informa la OCU, una imagen enviada a través de la aplicación de mensajería puede servir como prueba, por ejemplo, en caso de juicio.

Otras situaciones

También puede ser que no tengamos el décimo físicamente porque lo hayamos comprado de forma online. En este caso, el comprobante electrónico de la compra tiene la misma validez legal que la que tiene un décimo en papel.

Una situación más delicada es cuando hemos perdido el décimo o nos lo han robado. Si esto ocurre, lo primero que se debe hacer es denunciarlo ante la Policía Nacional o la Guardia Civil. En la denuncia deben constar todas las circunstancias de los hechos, como posibles pruebas (fotos o copias del décimo) y los datos del décimo (número, serie y fracción).

También habrá que comunicar lo ocurrido a Loterías y Apuestas del Estado. De este modo, se paraliza el pago hasta que un juez determine quién es el propietario del décimo. Si lo que ocurre es que se ha roto o deteriorado, no se debe intentar arreglarlo, sino que se debe enviar a la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado para que evalúe su validad. Si estuviera irreconocible, sería la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre la encargada de su análisis.

También es posible, volviendo al caso de los décimos compartidos, que no nos quieran entregar el premio, puesto que ya se podría haber cobrado. Y es que, en estos casos, se debe identificar a todos los participantes cuando se trata de un décimo compartido. De este modo, los bancos pueden abonar el premio correspondiente en la cuenta de la persona titular en ese banco, que luego lo repartirá en función de lo acordado. En caso de no identificarlo, puede parecer que se está haciendo una donación, lo que obligaría a pagar el impuesto de donaciones.

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