Van a cenar a un restaurante de moda y acaban llamando a Hacienda: “Nos quedamos atónitos”
El local es uno de los más visitados al estar situado en el paseo marítimo de Sarbinowo. Sin embargo, el ticket incluye suplementos que rozan lo absurdo.
Lo que comenzó como una tranquila noche junto al mar para un grupo de amigos terminó en indignación, sospechas de fraude y una denuncia formal ante Hacienda. El detonante: una cuenta de 1.233 zlotys (unos 290 euros) por una cena que, según los comensales, no justificaba ni por asomo ese importe.
Seis amigos decidieron cenar en un restaurante del paseo marítimo de Sarbinowo (Polonia). El local, de aspecto modesto y sin pretensiones, pero de moda por su gran ubicación, no hacía presagiar lo que estaba por venir. “No era un sitio de lujo, ni mucho menos. Pensamos que sería una cena sencilla, algo típico de la zona”, relató uno de ellos en declaraciones a medios locales.
Raciones desproporcionadas
El camarero, según los testigos, fue especialmente insistente en recomendar ciertos platos: dos filetes de pescado y una ración adicional para compartir. También sugirió comenzar con una sopa tradicional polaca. Nadie se imaginaba que el tamaño de las porciones sería tan desproporcionado: uno de los pescados pesaba casi 1,8 kilos, mientras que los otros dos rondaban los 0,8 y 0,7 kilos respectivamente. En total, más de tres kilos de pescado llegaron a la mesa.
Pero el verdadero sobresalto llegó con la cuenta. “Cuando vi el total, me quedé paralizado, atónito. Pensé que era un error”, confesó uno de los comensales. El ticket incluía cargos que rozaban lo absurdo: casi 3 zlotys (70 céntimos) por cada porción de apio añadido al caldo, suplementos por crutones (los trocitos de pan que se echan en la sopa), y hasta un recargo por los gajos de limón que acompañaban el pescado.
Informan a Hacienda: “Muy turbio”
Además, el recibo presentaba irregularidades formales: estaba fechado tres días antes de la cena y no incluía los datos fiscales del establecimiento. Tras reclamar, el grupo recibió un nuevo ticket corregido, pero la desconfianza ya estaba sembrada. “Nos pareció todo muy turbio. Decidimos informar a la oficina de Hacienda por si se trataba de una práctica habitual”, explican.
Reacciones de otros usuarios: misma experiencia
La historia no tardó en viralizarse. Compartieron su experiencia en un grupo de Facebook dedicado a recomendaciones turísticas en Sarbinowo. En cuestión de horas, la publicación acumuló cientos de comentarios y testimonios similares. Algunos usuarios compartieron fotos de sus propios recibos, con precios desglosados hasta el absurdo: zanahorias, fideos, perejil… todo facturado por separado.
Otra usuaria relató que el dueño de la pensión donde se alojaba ya le había advertido sobre ese restaurante y que incluso la policía había tenido que intervenir en varias ocasiones por disputas con clientes.
Defensa del restaurante
Tras el revuelo mediático, el restaurante cerró sus puertas de forma repentina. En una breve conversación telefónica con el diario Fakt, un portavoz del restaurante defendió su actuación: “Los clientes no leen el menú. Los precios están ahí. Siempre pedimos que revisen antes de ordenar”.
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El mismo portavoz aseguró que la primera factura fue un error de impresión de la calculadora del camarero y que el negocio, con años de trayectoria, estaba atravesando dificultades económicas.
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