Un legado ancestral explica por qué España tiene contraventanas y el resto de Europa no
Las contraventanas en España, no sólo cumplen una función práctica sino que también tiene una historia peculiar que diferencia a nuestro país del resto.
En España, al igual que nuestro vecino Portugal, es prácticamente imposible imaginar una casa sin contraventanas. Este elemento, que se encuentra en la mayoría de domicilios españoles, no sólo tiene una función práctica, sino que también tiene una historia peculiar que diferencia a España del resto de países de Europa. Mientras que en muchos países europeos las ventanas no tienen nada o solo cortinas, en los dos países que conforman la Península Ibérica, las persianas son un estándar inseparable de la arquitectura residencial.
El clima mediterráneo: factor clave
El uso de contraventanas en Portugal y España está profundamente ligado a factores climáticos e históricos. En primer lugar, el clima mediterráneo con veranos abrasadores y grandes variaciones entre el día y la noche, es un factor determinante, ya que a través de las persianas se mantiene fresco el interior del hogar durante las olas de calor. Todo lo contrario en los meses de invierno, que ayudan a retener el calor, reduciendo la necesidad de sistemas de calefacción y aire acondicionado.
No obstante, la importancia de las contraventanas no sólo se limita al clima, ya que la privacidad ha sido históricamente un valor esencial en la sociedad ibérica. Las persianas permiten aislarnos tanto de los rayos de sol como de la curiosidad de los vecinos, que en algunas ocasiones puede dar lugar a problemas y malentendidos. Esta característica contrasta con los países del norte de Europa, donde la tradición protestante y la menor intensidad solar han favorecido la apertura de los espacios y la ausencia de barreras visuales en las ventanas.
Legado ancestral árabe
La influencia del legado árabe en la arquitectura ibérica también es crucial a la hora de entender la importancia de las contraventanas en la península. Durante los siglos de asentamiento árabe en la península, introdujeron sistemas innovadores como las cerchas, diseñadas para regular la luz y mantener la comodidad en el interior del hogar, sin comprometer la privacidad. Con el paso del tiempo, este concepto acuñado por los árabes, ha ido evolucionando hasta convertirse en las contraventanas que conocemos hoy en día.
Actualmente, las contraventanas han incluidos una gran abanico de mejoras técnicas, incorporando materiales innovadores y automatismos que las hacen más eficientes energéticamente. Este elemento, que de primeras puede parecer un aspecto sin trascendencia, abarca una compleja combinación de tradición, funcionalidad y adaptación a las necesidades modernas.
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