Nace el primer bebé en España tras un trasplante útero
En el procedimiento hay hacer la extracción del útero mediante cirugía robótica, y luego la implantación. “Me costó mucho no llorar. Los cirujanos no lloran pero las personas sí”, exhibió el responsable del trasplante.
Jesús. Un nombre que pasará a la historia después de ser el primer bebé en España que nace tras un trasplante de útero. La intervención, larga y compleja, se ha completado a la perfección en el Hospital Clínic de Barcelona con una finalidad meramente reproductiva. “Ha sido un proceso muy duro y a la vez muy bonito; ha merecido la pena”, exhibió la mujer de 34 años trasplantada y flamante mamá, Tamara Franco.
Ahora bien, este no es el primero a nivel mundial. Y es que hay más de medio centenar como Jesús. Desde que en 2013 el equipo del doctor Mats Brännström, del Hospital Universitario Sahkgrenska de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), hiciera el primer trasplante de útero que culminó con el nacimiento de un bebé en 2014, ha habido multitud de casos por todo el globo que atestiguan el éxito de este procedimiento.
La cirugía duró más de 11 horas
Cabe recordar que Tamara Franco recibió un trasplante de útero de su hermana Bárbara en septiembre de 2020 en una compleja cirugía que duró más de 11 horas, encabezada por los jefes de los servicios de Ginecología del Hospital Clínic, Francisco Carmona, y de Urología y Trasplante Renal, Antonio Alcaraz.
El proceso se inició en 2016 y se enmarca en el proyecto de investigación “Estudio de factibilidad de procedimiento de trasplante uterino de donante viva con obtención de injerto para cirugía robótica”, con el objetivo de validar la viabilidad de esta cirugía.
Procedimiento
Tamara Franco tiene el síndrome de Rokitansky, una malformación congénita rara por la que las mujeres nacen sin útero, pero sí tienen ovarios y las hormonas en pleno funcionamiento. Ella fue quién se puso en contacto con el equipo del Hospital Clínic cuando conoció la noticia del primer bebé nacido de un útero trasplantado en Suecia.
Junto a su pareja, Jesús, viajaron de Murcia a Barcelona tras ser la elegida para llevar a cabo el trasplante. El procedimiento quirúrgico no está exento de riesgos. Primero, hay que hacer la extracción del útero mediante cirugía robótica, y luego la implantación, que se ejecuta en una intervención abierta.
“Me costó mucho no llorar”
Después del trasplante, el equipo esperó seis meses para hacer la primera transferencia de embriones. “Tuve un aborto y lo pasé mal pero a la vez también me dio fuerzas para seguir adelante”, argumenta Tamara Franco. Tras varias transferencias, finalmente el embarazo continuó su curso aún con la medicación para que su cuerpo no rechazara el trasplante.
Con todo ello, Jesús nació el 7 de marzo en una cesárea programada. El doctor Carmona, responsable del trasplante, fue el encargado de llevar el pequeño a los padres y se mostró visiblemente emocionado. “Me costó mucho no llorar. Los cirujanos no lloran pero las personas sí”, concluyó.
Desde la operación de Tamara Franco, el equipo ha realizado otros dos trasplantes de útero y el equipo del Clínic ha recibido más de una treintena de consultas sobre este tipo de trasplante. Aunque la técnica experimental se está perfeccionando, es conveniente destacar que no todos los trasplantes de útero acaban definitivamente en el nacimiento de un bebé vivo.