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SOCIEDAD

La calle con más asesinatos de Madrid

Se trata del número 3 de la calle Antonio Grilo. En total fueron ocho crímenes en veinte años, y lo más curioso es que todos tuvieron lugar en el mismo edificio.

La calle con más asesinatos de Madrid
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En el corazón de la vibrante ciudad de Madrid, existe una calle que ha adquirido una sombría reputación debido a su alta incidencia de crímenes violentos: es conocida como la calle con más asesinatos de la capital. Se trata del número 3 de la calle Antonio Grilo, la cual ha capturado la atención del público y ha generado un aura de misterio y peligro en su entorno.

Ubicada en el barrio de Universidad, cerca de la Gran Vía, esta calle se ha convertido en un foco de atención para la policía y los medios de comunicación. Y es que la presencia de múltiples crímenes, incluyendo asesinatos y actos de violencia, ha sembrado el temor y la preocupación entre los residentes locales, además de provocar una sensación de inseguridad en la zona.

Ocho crímenes en veinte años

En pleno Malasaña se encuentra esta calle que fue testigo de una gran cantidad de crímenes cometidos entre los años 40 y 60 del pasado siglo. En total fueron ocho crímenes en veinte años, y lo más curioso es que todos tuvieron lugar en el mismo edificio, el número 3 de dicha calle.

El primer crimen fue el 8 de mayo de 1945. Felipe de la Braña Marcos, camisero de 48 años de edad, apareció muerto, tendido sobre su cama y presentando un golpe en la cabeza. Para regocijo de la leyenda, la única pista que tuvieron las fuerzas policiales de la época era un mechón de pelo en su mano. La tecnología del momento no permitió revelar la autoría del asesinato. Y así sigue siendo hasta la fecha.

El peor de los crímenes

El 2 de mayo de 1962 ocurría el peor de los crímenes. Y es que un sastre acabó con la vida de su esposa y sus cinco hijos. En este caso el suceso tuvo lugar en el tercer piso del edificio, donde un granadino de 48 años llamado José María Ruiz Martínez acabó a tiros o puñaladas con la vida de los miembros de la familia.

Él mismo fue quien se puso en contacto con el 091 para avisar. Cuando los agentes llegaron al domicilio, José María se encontraba vivo, pero se negó a abrirles la puerta, indicando que “solamente se la abriría a un padre carmelita, ya que todos los miembros de su familia descansaban felices”, señala ABC. Así lo hicieron, pero de nada sirvió ya que tras llegar a mostrar los cadáveres de tres de sus cinco hijos asesinados, el parricida se suicidó pegándose un tiro.

Más casos

Dos años después, una joven madre soltera (Pilar Agustín), asesinaba a su hijo recién nacido, escondía el cadáver en un cajón del armario y cerraba el triángulo de los asesinatos en el número 3 de Antonio Grilo. Fue su propia hermana la que lo encontró apenas tres días más tarde, envuelto en una toalla y en el interior del cajón de una cómoda.

Por si esto fuera poco, hubo otros intentos en la misma, como el de una mujer en silla de ruedas que lanzó ácido a la amante de su esposo al encontrarlos en la cama. En este suceso, producido en 1909, la joven agredida resultó ilesa. Un año más tarde, un hombre se lanzó desde la ventana de una quinta planta de uno de los edificios de la calle.

En 1911, un individuo que vestía capa y gorra se acercó a los hermanos Ildefonso y Nicolás Cortijano, de 10 y 6 años respectivamente, y atacó al mayor de ellos, tapándole la cara con un pañuelo empapado en cloroformo. Dos años después, esta misma calle fue testigo de la muerte de un niño tras ser arrollado por un carro. Además, aparecieron fetos enterrados en la bodega de un bar de la calle.

Aunque es importante reconocer la existencia de esta calle con alta incidencia de crímenes, también es esencial tener en cuenta que los vecindarios y calles de Madrid son seguros y acogedores: la ciudad es conocida por su rica historia, su cultura vibrante y su espíritu hospitalario.