Identifican un nuevo efecto de las vacunas ARN contra la COVID: beneficia a los pacientes con cáncer
Quienes recibieron una inyección de ARNm contra el COVID en los 100 días siguientes al inicio de la inmunoterapia, tuvieron el doble de probabilidades de sobrevivir tres años después de empezar el tratamiento.


Según un nuevo estudio dirigido por investigadores del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, pacientes oncológicos que recibieron una vacuna de ARNm contra el COVID en los 100 días siguientes al inicio de su tratamiento de inmunoterapia, tuvieron el doble de probabilidades de sobrevivir tres años después de empezar con el proceso curativo.
“Este estudio demuestra que las vacunas de ARNm contra la COVID-19 disponibles comercialmente pueden entrenar el sistema inmunitario de los pacientes para eliminar el cáncer”, afirmó el doctor Adam Grippin, residente sénior de Oncología Radioterapéutica. “Al combinarse con inhibidores de puntos de control inmunitario, estas vacunas producen potentes respuestas inmunitarias antitumorales que se asocian con mejoras significativas en la supervivencia de los pacientes con cáncer”.
Este descubrimiento surgió mientras desarrollaban vacunas personalizadas contra el cáncer basadas en ARNm para tumores cerebrales, Grippin y el doctor Elias Sayour descubrieron que las vacunas de ARNm capacitaban al sistema inmunitario para eliminar las células cancerosas, incluso cuando el ARNm no atacaba directamente a los tumores.
Vieron que las vacunas de ARNm funcionan como una alarma, poniendo al sistema inmunitario en alerta máxima para reconocer y atacar las células cancerosas. En respuesta, las células cancerosas comienzan a producir la proteína de punto de control inmunitario PD-L1, que funciona como mecanismo de defensa contra las células inmunitarias. Varios inhibidores de esos puntos de control inmunitario están diseñados para bloquear la PD-L1, creando un entorno perfecto para que estos tratamientos liberen al sistema inmunitario contra el cáncer.
El estudio sugiere que las vacunas de ARNm de COVID son herramientas poderosas para reprogramar las respuestas inmunes contra el cáncer. “Lo realmente emocionante de nuestro trabajo es que apunta a la posibilidad de que las vacunas ampliamente disponibles y de bajo costo tengan el potencial de mejorar drásticamente la eficacia de ciertas inmunoterapias”, afirmó Grippin. “Esperamos que las vacunas de ARNm no solo mejoren los resultados de los pacientes tratados con inmunoterapias, sino que también permitan que los beneficios de estas terapias lleguen a los pacientes con enfermedades resistentes al tratamiento”.
Los casos estudiados
Para llegar a estos resultados, analizaron más de 1.000 pacientes tratados entre agosto de 2019 y agosto de 2023; un primer grupo de 180 pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas avanzado (vacunados), que tuvieron una media de supervivencia de 37,33 meses, en comparación con los 20,6 meses de los 704 pacientes no vacunados. En una cohorte de pacientes con melanoma metastásico, la media de supervivencia fue de 26,67 meses en 167 pacientes no vacunados, pero aún no se había alcanzado en 43 pacientes vacunados, lo que sugiere una mejora significativa.
Cabe destacar que estas mejoras en la supervivencia fueron más pronunciadas en pacientes con tumores inmunológicamente “fríos”, que no se esperaría que respondieran bien a la inmunoterapia. Estos pacientes, con una expresión muy baja de PD-L1 en sus tumores, experimentaron una mejora de casi cinco veces en la supervivencia general a tres años con la vacuna contra la COVID-19.
Los resultados fueron consistentes incluso cuando se consideraron factores independientes, como el fabricante de la vacuna, el número de dosis recibidas de la misma, y cuando los pacientes recibieron tratamiento en MD Anderson.
Un dato más del estudio, Grippin expuso que su equipo de investigación demostró que para tener resultados más óptimos, se debe vacunar a los pacientes en un plazo de 30 días. “Sin embargo, sin duda, [la vacuna] deberá administrarse antes de comenzar el tratamiento. Los datos que analizamos están dentro de un plazo de tiempo para que comiencen a revisarse”, afirma.
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Uno de los siguientes pasos es diseñar un ensayo multicéntrico aleatorizado de fase III para validar los hallazgos e investigar si las vacunas de ARNm contra el COVID-19 deberían formar parte del tratamiento estándar para los pacientes oncológicos que reciben inmunoterapia.
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