Errores en la etiqueta medioambiental de la DGT: los coches que pueden cambiarla
Para comprobar si cualquier coche se puede beneficiar de esto, lo primero que hay que hacer es revisar la ficha técnica. Si no aparece, se puede comprobar a través del número de bastidor o preguntarlo directamente al fabricante.
La clasificación de los vehículos a través del distintivo ambiental tiene como objetivo discriminar positivamente a todos los vehículos más respetuosos con el medio ambiente y ser un instrumento eficaz al servicio de las políticas municipales, tanto restrictivas de tráfico en episodios de alta contaminación, como de promoción de nuevas tecnologías.
De hecho, en algunas ciudades ya se está utilizando este distintivo ambiental a la hora de restringir el tráfico en los días de alta contaminación, prohibiendo la circulación a los vehículos que carecen de él. Aunque la obtención y colocación del distintivo es voluntario, esta debe hacerse adherido la pegatina en el ángulo inferior derecho del parabrisas delantero.
A tener en cuenta
En su defecto (en el caso de motocicletas), en cualquier sitio visible del vehículo. Para hacer la división, la DGT se basó en la fecha de matriculación de los automóviles y no en función de sus emisiones reales de CO2:
Un nuevo escenario: todos los detalles
Esta situación, claro está, provocó que multitud de coches recibieran una etiqueta B en lugar de una C o que, directamente, se quedaran sin etiqueta. De esta manera, comenzó un movimiento de conductores que obligó a reconocer su error a la DGT para que permitiera rectificaciones en su clasificación.
Ahora bien, se trata de un trámite que puede costar hasta 150 euros y que debe asumir el propietario, cuando lo más razonable hubiera sido que la DGT aplicase criterios de emisiones reales de automóviles, disponibles en la ficha técnica de los mismos. Tan sencillo como aplicar las normas Euro que cumple cada vehículo en función de sus emisiones reales:
Procedimiento
En la actualidad, son muchos los conductores que han empezado el proceso establecido por tráfico para que los coches mejoren su etiqueta medioambiental. Para ello, se obliga al propietario a pedir un certificado de emisiones al fabricante en uno de sus concesionarios.
Un trámite que puede costar entre 100 y 150 euros. Una vez que tenemos el certificado en nuestras manos, hay que acudir a una Jefatura de Tráfico para actualizar los datos técnicos en el Registro de Vehículos, con un coste de 8,67 euros, según ha informado ‘El Confidencial’.
Tras realizar estos pasos y esperar unos días, es conveniente comprar de nuevo la etiqueta en cualquier centro autorizado o de manera online. Por último, el paso más importante: quitar la antigua etiqueta y colocar la nueva. Con todo ello, cabe destacar que hay otra forma de lograr un cambio de etiquetado en España, pero lleva un mayor coste y acudir a una ITV.
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