Belinda, superviviente al incendio en Valencia: “Había un silencio sepulcral...”
Belinda, una de las supervivientes a esta tragedia, habla con Diario AS sobre cómo surgió todo, la labor de las autoridades, sus sentimientos...
Valencia sigue de luto tras el devastador incendio de dos bloques de un edificio residencial en el barrio de Campanar. Este suceso ha dejado diez muertes, en concreto, siete mujeres, un hombre, un niño y un bebé. Diez vidas que finalizaron el pasado jueves por la tarde cuando el fuego arrasó con sus hogares.
La mayoría de las víctimas del incendio de Valencia murieron por inhalación de humo, según el resultado de las autopsias realizadas. Un hecho que, tal y como aseguran varios expertos, podría haber evitado su sufrimiento. ¿El motivo? Está claro: el exceso de dióxido de carbono en sangre produce el desvanecimiento.
Vuelta a la normalidad
La ciudad intenta volver a la normalidad mientras continúa la investigación, bajo secreto de sumario, sobre las causas del incendio por parte de la policía científica. Un fallo en el calentador u otro aparato conectado a la red eléctrica es la principal hipótesis que barajan los investigadores.
Ahora bien, otras fuentes han señalado que el origen del fuego podría ser el motor de un toldo. Belinda, una de las supervivientes a esta tragedia, habla con Diario AS una semana después del incidente. Sí, en particular sobre qué estaba haciendo en ese momento, los obstáculos a los que se enfrentó al tratar de salir del edificio durante el incendio, sus sentimientos…
- PREGUNTA: ¿Podrías contarnos cómo comenzó el incendio y qué estabas haciendo en ese momento?
RESPUESTA: Bueno, con certeza no sé cómo comenzó el incendio. Yo estaba en el cuarto piso, en la cocina, mirando hacia el balcón, cuando vi pasar como una nube negra de humo que me pareció extraña. Mientras, estaba en una videollamada y comenté ‘¡qué raro!’. Cuando vuelve a pasar por segunda vez la nube negra, decidí averiguar qué era. Obviamente, porque me pareció extraño. Ahí eso no es común.
En el momento en que salgo, veo que algo está cayendo de arriba. Por eso, cuando la gente comentaba que el incendio había comenzado en el cuarto piso, yo decía que no, porque yo estaba en el cuarto piso y veía que caía algo de arriba. Cuando miro hacia arriba, no pude comprobar con certeza de qué apartamento provenía, pero algo se estaba quemando.
Lo comenté con las personas que estaba en la videollamada (familiares y amigos) y me dijeron que bajara inmediatamente. Y eso hice. Agarré la llave y pensé que iba a bajar, iba a hablar con el señor Julián (conserje) y me iba a informar mientras esperábamos a que apagaran el incendio y ya. Pero no fue así.
- P: ¿Cuál fue tu reacción inicial al darte cuenta de que había un incendio en el edificio?
R: Yo veía todo normal, eh. Yo bajé por el ascensor de carga y justo me encontré a Julián con los bomberos, que iban corriendo hacia el ascensor. En ese momento, yo le comenté si sabía que había un incendio y me dijo que sí, que probablemente era en el sexto piso, que estaba desocupado.
Yo me quedé abajo y empezó a salir gente, porque estaban bajando por las escaleras y nos encontramos en el lobby del edificio. Como estábamos allí entorpeciendo y llenando el espacio, los bomberos decidieron sacarnos.
“Era una observadora más”
Por lo que se podía apreciar, tampoco pensaron en la magnitud del incendio. Nos desalojaron hacia la calle, y más tarde nos llevaron hacia una farmacia cercana. Rápidamente, gracias a la brisa, se empezó a propagar el fuego.
Había un silencio sepulcral viendo como los apartamentos se consumían y los bomberos estaban haciendo su trabajo. Gracias a Dios, los bomberos siempre fueron muy rápidos, muy efectivos. Yo estaba mirando hacia el lado del Mercadona. Es decir, no podía observar mi apartamento directamente. Era una observadora más.
- P: ¿Qué obstáculos enfrentaste al tratar de salir del edificio durante el incendio?
R: Afortunadamente, para bajar yo no tuve ningún obstáculo. Ni tuve que bajar por las escaleras, ni encontré humo, ni nada similar. No pasé por nada de esto. Y menos mal, porque yo tengo una artrosis en la rodilla.
- P: ¿Qué medidas tomaste para protegerte a ti misma/o durante la evacuación?
R: ¿Medidas para protegerme? Ninguna. La verdad es que salí sin absolutamente nada: sin móvil, sin cartera, sin identificación… No se me ocurrió nada, solo ley de supervivencia, de salir.
- P: Una vez afuera del edificio, ¿qué pasó después? ¿Cómo fue la respuesta de los servicios de emergencia?
R: Los servicios de emergencia estaban con tiendas de campaña y los policías estuvieron ayudando y dirigiendo a todas las personas para que el fuego no nos alcanzara. Los bomberos, mientras, intentaban hacer su trabajo de la mejor forma posible pese a las dificultades. Ahora entiendo que ellos estaban tratando de enfriar la zona lo más rápido posible.
“Me siento bendecida”
- P: ¿Cómo te sientes ahora, después de haber sobrevivido a esa experiencia?
R: La verdad es que me siento muy sensible, hipersensible, pero bendecida.
La gente, de verdad, ha sido muy especial con el trato, con el cariño, con la solidaridad, con la sensibilidad, con las oraciones y con las donaciones. Esa parte ha sido muy bonita.
Y es que la gente se ha desbordado en ayuda, las iglesias, las personas particulares, las personas del Gobierno, los trabajadores sociales… Todo muy organizado, con mucha atención y con mucho cariño.