El slowfading, la nueva técnica similar al ghosting aún más dañina para la salud mental
Conocida como slowfading, consiste en ir dejando de mostrar interés por tu pareja sin dar explicaciones, siendo ambiguos y provocando sensación de incertidumbre.
El ghosting es una práctica realizada durante una relación sentimental en la que una persona de la pareja decide desaparecer por completo, sin dejar rastro ni dar explicaciones. El término, de hecho, procede del inglés ghost, que significa ‘fantasma’. De ahí que alguien se marche como si fuera un espíritu.
Ahora bien, ha nacido un nuevo término que responde a otro tipo de conducta, parecida al ghosting. Hablamos del slowfading, una práctica que consiste en ir alejándose de la pareja mostrando una evidente distancia y falta de interés, aunque de manera sutil. Por ejemplo, respondiendo de forma ambigua, sin ser claro con tus mensajes e intenciones.
Esto puede crear un efecto de incertidumbre al no comprender qué está pasando. La pareja desinteresada no da explicaciones de su cambio de humor, lo que puede generar ansiedad, desconfianza, dudas y atribución de culpa en la otra persona. El término también procede del inglés: slow significa lento, y fade, desaparecer.
Prácticas cada vez más extendidas
En rasgos generales, que una persona dé ilusiones a otra y luego, poco a poco, comience a mostrar desinterés, puede dañar emocionalmente a los demás. Tanto el slowfading como el ghosting son dos prácticas cada vez más extendidas, especialmente tras la irrupción de redes sociales y apps de citas.
Las personas que hacen estas prácticas suelen ser inmaduras emocionalmente, que en lugar de comunicar sus sentimientos para dejar claro a los demás lo que está ocurriendo, prefieren ignorar y dejar pasar la situación, creando una sensación de incertidumbre en la relación o en la persona que están conociendo, y perjudicando su salud mental.
Pero el slowfading también se puede superar. Como todo en esta vida. Hay que ser conscientes de que la persona que nos importa ya no está, y eso es algo que no podemos controlar. Es decir, hay que huir de la sensación de culpa. Por otra parte, es recomendable ordenar las ideas y comprender qué ha sucedido: nos ayudará saber que solo ha sido una vivencia más en nuestra vida. Es importante comprender que no somos responsables de las decisiones de los demás.