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Resuelto uno de los grandes misterios de la Alhambra

Dos investigadoras de la Universidad de Granada han descubierto porqué el dorado de las yeserías de La Alhambra se está volviendo púrpura.

Alhambra de Granada

La Alhambra de Granada sigue guardando misterios. En este caso, empieza a revelar algo que hasta ahora era desconocido. El por qué del color dorado de las yeserías de La Alhambra en los palacios de Pomares y de los Leones se estaba volviendo púrpura.

Han sido dos investigadores españolas de la Universidad de Granada, Carolina Cardel e Isabel Guerra, quienes han resuelto el misterio del yeso que se utilizó en el siglo XIX para restaurar el monumento.

Resuelto uno de los misterios de La Alhambra

La Alhambra empezó a ser construida por Muhammad I o Ibn al-Ahmar, quien trasladó su corte del Albaycín a la colina de la Sabika en el año 1237, iniciando las obras de la Alhambra con construcciones como la Torre de la Vela, la Torre del Homenaje y la Acequia Real.

Más de mil años tuvieron que pasar hasta que el conjunto arquitectónico y jardines se terminó. Dejando un legado único en la ciudad de Granada visitado por millones de ciudadanos de todo el mundo cada año.

Carolina Cardell, investigadora de la Universidad de Granada y coautora del estudio, muestra la transformación del pan de oro en tonalidades púrpuras en el Patio de los Arrayanes de la Alhambra.
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Carolina Cardell, investigadora de la Universidad de Granada y coautora del estudio, muestra la transformación del pan de oro en tonalidades púrpuras en el Patio de los Arrayanes de la Alhambra.Universidad de Granada

Hace 30 años, Carolina Cardell, geóloga e Isabel Guerra como experta en microscopia, se dieron cuenta que el color dorado de algunos lugares se estaba volviendo púrpura y no entendían el por qué. Ahora lo han podido resolver.

El motivo del cambio del color es un proceso electroquímico que ha dado lugar a la formación de nanoesferas de oro de un tamaño de 70 nanometros.

“La alteración de las decoraciones en oro de la Alhambra nos muestra, por un lado, la complejidad del trabajo realizado para crear estas extraordinarias obras de arte y, por otro, da argumentos para explicar cómo estas se degradan en determinadas condiciones para llegar a dar nanopartículas de oro”.

Lo que dice la investigación

El estudio ha sabido conjugar la utilización de varias técnicas analíticas de microscopía de alta resolución, complementándose, para conocer a fondo el resultado de la corrosión de las decoraciones y plantear unos posibles mecanismos de formación que expliquen la aparición de esas ‘extrañas’ coloraciones púrpuras.

“A pesar de la “nobleza” del oro, determinadas situaciones como son, en este caso, la humedad, la presencia de un contenido alto de cloruros y la suciedad llevan a su lenta descomposición, con fenómenos de oxidación y posterior reducción que han afectado seriamente a la obra de arte”.

El caso del color que vemos en el oro, como el de otros metales, es muy curioso porque depende del tamaño de sus partículas, pudiendo presentarse con colores rojos o púrpuras si estas tienen dimensiones de nanómetros, hasta verlo dorado cuando ya forma láminas.

Las autoras cuentan a Nius Diario que “aquí lo hemos podido ver porque en el siglo XIX en La Alhambra, para restaurar de algún modo el deterioro que se estaba apreciando, se decidió aplicar una capa de yeso de color blanco y esa capa ha sido decisiva para mostrarnos lo que estaba pasando”.

Publicado el estudio en Science Advances, destacan las autoras que “es importante por varias elementos, por un lado se avanza en la investigación científica sobre procesos de ataque del oro, por otra ayuda a los restauradores a saber qué está pasando para que puedan intervenir estas yeserías deterioradas”.

Cardell y Guerra concluyen que múltiples procesos de corrosión formaron las nanopartículas. “Aunque el oro puro es resistente a la corrosión, la aleación de oro y plata de la Alhambra no lo es. Las fallas en el dorado dejan entrar la humedad, incluido el rocío marino en el aire rico en cloruro del Mediterráneo. Eso creó contactos químicos entre los metales del dorado similares a los de una batería. Como resultado, el estaño subyacente se corroyó, abriéndose paso a través de los defectos de la aleación y cubriendo parte del oro como una mugre grisácea”.