¿Puedes exigir que te bajen el alquiler si el IPC pasa a ser negativo?
En aquellos contratos de arrendamiento en los que se utilice el IPC para actualizar el precio de alquiler y siempre que el documento no diga lo contrario, deberá aplicarse dicha bajada.
El Índice de Precios al Consumo (IPC) es una medida estadística de la evolución de los precios de una cesta que se estima representativa del conjunto de bienes y servicios que consume la población residente en España. Si el IPC es positivo significa que los precios han subido, y si es negativo, que han bajado. Por tanto, el IPC también puede ser negativo y repercute de forma directa en los contratos de arrendamiento que se rigen por este índice.
El IPC refleja el cambio medio de los precios pagados por los consumidores urbanos sobre dicha cesta, siendo agrupados los bienes y servicios en 57 rúbricas que a su vez se reagrupan en 12 grupos. Incluye los impuestos directamente ligados al consumo de bienes y servicios.
¿Para que sirve?
Este es un indicador importante que sirve de guía a los bancos centrales para fijar su política monetaria. Se utiliza para actualizar los alquileres de vivienda, siendo un argumento clave en cualquier negociación salarial y determinante para las pensiones. Es calculado de forma mensual por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El IPC se publicada hacia mediados de cada mes, recogiendo la estadística del mes anterior. Al apreciar el IPC es conveniente prestar atención a los componentes más volátiles (alimentos frescos y energía, sobre todo) y al impacto del turismo y ocio, que representa gran parte del PIB.
Ley de Arrendamientos Urbanos
En la actualidad, y como consecuencia de la crisis económica generada por la crisis de ucrania iniciada en el pasado mes de febrero, la tasa de variación anual del IPC en España en febrero de 2022 ha sido del 7,6%. La Agencia Negociadora del Alquiler (ANA) recomendó a los propietarios que no suban momentáneamente el precio del alquiler acorde al IPC “de guerra”, debido a que aplicar un incremento tan elevado puede producir rupturas de contratos, debido a que los inquilinos buscarán alquileres más baratos.
En muchos momentos, especialmente en los meses más duros de la pandemia de la COVID-19, el IPC ha registrado valores negativos. En estos casos, todos aquellos contratos en los que se utilice el IPC para actualizar una renta, deberá aplicarse dicha bajada. Si se utilizase otro índice para actualizar la renta, este índice no podrá ser superior al IPC, de acuerdo con la Ley de Arrendamientos Urbanos.
Babada del precio del alquiler
Por este motivo, en aquellos contratos de arrendamiento en los que se utilice el IPC para actualizar el precio de alquiler y siempre que el documento no diga lo contrario o especifique otra cosa en su interior, deberá aplicarse dicha bajada.
Un ejemplo de ellos sería un piso que alquilamos por 1.000 euros al mes, cuyo contrato llega a la anualidad en septiembre, y que en julio se registre una tasa de variación anual del IPC de -1%. En septiembre, el propietario de la vivienda que tenemos alquilada debería reducirnos el alquiler un 1%, es decir, 10 euros, por lo que pagaríamos 990 euros al mes. Del mismo modo, deberá avisarnos de dicha reducción con un mes de antelación, es decir, en agosto.