NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ACTUALIDAD

¿Por qué se le llamaba “pelas” a las pesetas en España y cuál es el origen del apodo?

La vi­gencia ofi­cial de la pela duró hasta la apa­ri­ción del euro. Otros calificativos para el dinero son la pasta, pavo, rubias, perras, perras gordas, perras chicas, talego, calderilla, parné...

Pensiones del IMSS e ISSSTE: ¿qué son las semanas cotizadas y en qué me benefician?
Cuartoscuro

A lo largo de la historia el dinero ha tenido una definición oficial, y los ciudadanos le han ido añadiendo coletillas y calificativos que acaban siendo utilizados de manera habitual aunque sea la definición oficial.

Es el caso de las pelas y las pesetas. O actualmente el euro y el pavo. Definiciones oficiales de las monedas de curso legal y el calificativo que los ciudadanos han ido adoptando. Te contamos el origen.

Por qué se le llamaba “pelas” a las pesetas en España

El 19 de sep­tiembre de 1868 fue cuando se dictó un de­creto por el que se im­ponía la pe­seta como mo­neda ofi­cial de España. Enseguida el pueblo la llamó pela y cala. La vi­gencia ofi­cial de la pela duró hasta la apa­ri­ción del euro, que acabó con las ru­bias (las monedas de una pe­se­ta).

En la lengua catalana la palabra peça en la expresión coloquial del diminutivo pesseta o piececilla, se aplicó a la unidad monetaria por excelencia dada su popularidad entre la gente de a pie.

La popularidad de la rubia, para referirse a la moneda de latón o la de duro para la moneda de cinco pesetas o “pelas” entre la gente joven, enriquecieron el lenguaje cotidiano durante generaciones.

La moneda de una peseta también era conocida como lenteja. El billete de mil pesetas era conocido como ‘talego’, término que comenzó a utilizarse en entornos marginales pero pronto se hizo muy popular, especialmente entre los jóvenes.

Incluso la moneda de 10 céntimos de peseta tenía un nombre: perra gorda. ‘La lenteja’, como se conocía a la moneda de 1 peseta, recibió este apodo por su pequeño tamaño (14 mm de diámetro). El ‘pelón’, el ‘bucle’ y el ‘tupé’ se llamaron así por la forma en la que se representaba a Alfonso XIII: con un retrato de bebé, como un niño con rizos y con un mechón de pelo en la frente, respectivamente.