¿Por qué los perros se asustan con los petardos y cómo calmarlos?

La pirotecnia es el mayor enemigo de las mascotas, pero ¿por qué ocurre esto y cómo los podemos calmar? Varios estudios estiman que entre el 53% y el 74% de los perros muestran miedo ante ruidos fuertes, petardos o tormentas. El miedo hacia los petardos es más habitual de lo que parece y, de no tratarse correctamente, puede convertirse en una fobia para los animales, que les puede provocar cuadros de ansiedad, taquicardias o hiperventilación.

¿A qué se debe este miedo? Muchas teorías apuntan a que los sentidos de los animales, incluido el oído, está más desarrollado, por lo que perciben los ruidos con más intensidad que las personas. Lo mismo ocurre con el olfato de los perros, lo que hace que el olor a pólvora que queda después pueda influir en las sensaciones que perciben.

Se pueden diferenciar dos tipos de miedo: por la vía ancestral o por la vía adquirida. El miedo ancestral es un miedo natural, como base de supervivencia de la propia especie. Por la contra, el miedo adquirido se produce cuando el animal asocia el ruido fuerte con algo malo respecto a un suceso que pudo haber vivido en el pasado.

¿Cómo podemos calmar a nuestra mascota cuando hay petardos?

Cuando en una fiesta se lanzan petardos y el animal se asusta, lo primero que hay que hacer en mantener la calma. Si nos ponemos nerviosos, nuestra mascota lo percibirá y se pondrá en alerta.

La mayoría de los animales buscan un refugio o una zona segura dentro de casa para esconderse cuando se asustan por el ruido de los petardos. Hay que dejarles su espacio y no forzarles a que salgan del escondite. Además, se deben cerrar las puertas y ventanas para minimizar el ruido lo máximo posible, incluso poner la televisión o música puede disimilar el estruendo de los petardos.

Acariciar a las mascotas para intentar calmarlas puede ser contraproducente, ya que este gesto puede ser entendida por los animales como una forma de sobreprotección y que cada vez que vean que están ante una situación de peligro, sus dueños intentarán protegerles.

También es importante mantener al animal controlado, ya que, al ponerse nervioso por el ruido, puede intentar huir. Por ello se recomienda tener asegurados los accesos a la casa o los balcones para evitar que el perro se escape.