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Así es el ataúd de la reina Isabel II: roble inglés, plomo y fabricado hace más de 30 años

El féretro de la reina Isabel II irá revestido de este material con una gran capacidad hermética, lo que hace que se mantenga durante más tiempo el cuerpo.

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Así es el ataúd de la reina Isabel II: roble inglés, plomo y fabricado hace más de 30 años
picture allianceGetty

Este lunes 19 de septiembre los ojos de medio mundo estarán puestos en la abadía de Westminster, en Londres. Allí será el entierro de la fallecida reina de Inglaterra, Isabel II, tras su muerte la semana pasada. El lugar elegido para su descanso es la Capilla Conmemorativa del Rey Jorge VI en el Castillo de Windsor, en un acto que será privado. Hasta allí se desplazarán centenares de miembros de casas reales y estados, con algunas excepciones que han sido vetadas.

Sigue el funeral de la reina Isabel II en vivo y en directo, con la última hora desde la Abadía de Westminster y la Capilla de San Jorge en Windsor.

Allí, toda vez que se baje el ataúd, se unirá a su familia: el rey Jorge VI, la reina Isabel Bowes-Lyon (conocida como reina madre), y su hermana, la princesa Margarita. A ellos se unirán el ataúd con el cuerpo del Príncipe Felipe de Edimburgo, fallecido en abril del pasado año, que hasta ahora reposaba en la Bóveda Real. El féretro de la reina, fabricado para ella hace ya más de 30 años, tendrá una peculiaridad: irá revestido de plomo.

Los encargados de hacerlo fueron los mismos que los que fabricaron la caja para el difunto Duque de Edimburgo: AW Lymn, The Family Funeral Service. En declaraciones para Mirror, su director gerente, Matthew Lymn Rose, explica la premura a la hora de la fabricación del féretro real. “Tengo entendido que la Reina y todos los miembros de la Familia Real tienen ataúdes hechos en vida... así que no hay retraso, el ataúd está ahí”.

El plomo mejora la conservación

Esta práctica de colocar a miembros de la realeza en ataúdes forrados con plomo no es nueva, puesto que se remonta a cientos de años. Se trata de una tradición real, que ayuda a preservar el cuerpo durante más tiempo debido a su mayor capacidad hermética. Puede llegar a durar cerca de un año, pues evita que entre la humedad dentro de la caja.

Algo que cobra más importancia toda vez que se conoce que que descansará en la citada Bóveda del Rey Jorge VI, en lugar de recibir un entierro tradicional, como explica Lymn Rose. “La mayoría de las personas están enterradas bajo tierra. Si tiene una bóveda de ataúd o una cámara familiar en una iglesia, ese ataúd permanece sobre el suelo y abierto a los elementos. Un ataúd sellado es muy importante”.

Según una publicación de IFL Science, los ataúdes revestido de plomo ralentizan la descomposición del cuerpo al mantener la humedad fuera del mismo. El plomo no se descompone, por lo que se mantiene hermético, impidiendo la descomposición y la liberación de olores.

Debido a los materiales que se emplean para su creación, su peso es tan elevado que se necesitan ocho portadores para transportar el ataúd, en lugar de los seis habituales. Tradicionalmente los féretros reales se hacían con roble curado de la finca de Sandringham, perteneciente a la Familia Real británica. Pero con el paso del tiempo desde que se fabricó, se cree que se habrían perdido algunos detalles. En sí, el revestimiento de plomo es un ataúd dentro de otro ataúd.