Zelenski promete represalias por el ataque de Odesa
El bombardeo ruso sobre la ciudad portuaria ha dejado un fallecido y 22 heridos, además de grandes daños en infraestructuras. Occidente carga contra el Kremlin: “otro crimen de guerra”.
Ucrania y Rusia han hecho de la época estival el escenario idóneo para dar un paso más contundente en la guerra. En menos de dos semanas Ucrania ha volado el puente de Kerch -que une Crimea con la Rusia continental- y formalizado un acercamiento a la OTAN que Moscú mira con furia. Por su parte, el Kremlin ha sido tajante en la suspensión del acuerdo de grano y ha prolongado unas amenazas que pocas veces concreta. Ahora lo ha hecho. Y las consecuencias podrían ser gravísimas para el régimen de Putin.
La ciudad portuaria de Odesa ha sido elegida -otra vez- como blanco de los bombarderos de las tropas de la Z. Ha sido la noche del 22 al 23 de julio. Hasta 19 misiles han cruzado el cielo de la localidad, y el de la región ucraniana, según la Policía Nacional y la Fuerza Aérea del país, terminando con la vida de una persona y dejando 22 heridos. Entre ellos, cuatro menores. La respuesta de Kiev y sus aliados no ha tardado en llegar.
El mensaje de Zelenski
“Misiles contra ciudades pacíficas, contra edificios residenciales, una catedral… No puede haber excusa para la maldad rusa. Como siempre, este mal perderá. Y definitivamente habrá represalias para los terroristas rusos”, ha escrito el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en Telegram. Y, esforzándose por dejar un mensaje que perdure, ha repetido una palabra con una gran carga de intención: “sentirán estas represalias”.
El líder del Ejecutivo ha insistido en que “se está brindando asistencia a todos los que sufrieron este último ataque terrorista”, y no ha dejado pasar la oportunidad de agradecer a “todos los que están ayudando a las personas y los que están con Odesa en sus pensamientos y emociones”. Es difícil restablecer la moral cuando las cenizas y el olor a carne aparecen en el humo de las urbes, pero Zelenski todavía guardaba un último aliento para sus compatriotas: “Vamos a salir de esto. Restauraremos la paz. Y para ello, es necesario derrotar al mal ruso”.
Posible crimen de guerra y graves daños culturales
No ha sido un ataque insignificante. Al contrario. Desde Moscú aseguran que el ataque estaba dirigido contra drones acuáticos y mercenarios, pero en Kiev tienen claro el hilo que une este atentado con la lógica bélica: aislar el acceso de Ucrania al mar Negro. Esto, días después de que se haya cancelado el acuerdo de grano y Rusia anunciase que cualquier barco sospechoso, sin importar la nacionalidad o intención de los tripulantes, se convertiría en objetivo militar. Dicho así se trataría de un crimen de guerra.
Y en esta misma línea ha ido la crítica de Occidente. El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha dejado claro que es “otro crimen de guerra por parte del Kremlin”. A parte de los daños humanos, los misiles golpearon infraestructuras civiles, bloques de apartamentos, un centro médico y daños en la Catedral de la Transfiguración de Odesa, restaurada en 2007.
Los daños culturales de este bombardeo son de un valor altísimo. Hasta 25 monumentos arquitectónicos del centro histórico de la ciudad, patrimonio mundial de la UNESCO, sufrieron los perjuicios de los misiles. El jefe de la administración militar regional, Oleg Kiper, ha dejado otro mensaje en Telegram que resume a la perfección las lamentaciones de una escalada militar que ha convertido el verano en una época de sangre y sol: “¡Todo lo que fue creado por grandes arquitectos con trabajo duro ahora está siendo destruido por cínicos monstruos!”.