Elecciones 28-M
La promesa de Ayuso si Podemos salía del gobierno: ahora debe cumplirla
Después de un resultado histórico, la presidenta de la Comunidad ha pasado por ‘El programa de Ana Rosa’ y ha confesado que hará el Camino de Santiago por expulsar a Podemos de Madrid.
La resaca de unas elecciones no es muy diferente a la de una fiesta convencional. Risas y lágrimas se acumulan por igual en una noche en la que siempre hay un ganador y un perdedor. Según aumenta el porcentaje escrutado más se puede rozar el éxtasis. Tan cerca. Y al final llega. Por olvidar o para celebrar, a la mañana siguiente todo son recuerdos difusos de ceños fruncidos y dedos haciendo el gesto de la victoria.
Si la dicha es buena, como en todas las fiestas, el fervor de la victoria da alas a una promesa aventurada. En la Comunidad de Madrid ha habido un claro vencedor: el Partido Popular. El triunfo de Isabel Díaz Ayuso no solamente ha garantizado la mayoría absoluta para la formación azulona, sino que ha supuesto la desaparición de Unidas Podemos en la región. Un doble triunfo que ha despertado en Ayuso una idea exultante: hacer el camino de Santiago.
Cuatro años difíciles merecen la pena
Así lo ha comentado, entre gestos de vacilación, la presidenta la Comunidad en El programa de Ana Rosa durante la mañana de satisfactoria resaca electoral. Todo comenzó con la felicitación de la periodista y conductora del espacio televisivo, que tildaba de “histórico” el resultado de los comicios. A la pregunta de si esperaba alcanzar los 71 diputados, Ayuso ha expresado que el clima de la campaña era, por lo menos, similar al de sus primeras elecciones; que lo había visto en bares, en mítines. Que está feliz.
“No han sido cuatro años fáciles, pero trabajando con paciencia y haciendo las cosas lo mejor que uno puede las cosas salen bien”, se enorgullecía de su gabinete. Y precisamente de ese esfuerzo nace el aire que expulsa en un suspiro cuando Ana Rosa le desliza un tranquilo y esperado: “¿Qué le parece que Podemos no haya entrado ni en la comunidad ni en el ayuntamiento?”.
Una promesa celestial y divina
Era el momento de Ayuso. “Buah”, agacha la cabeza y mueve la mano con un gesto propio de apartar moscas, pero que tanto se repite cuando uno quiere decir que algo le parece sublime. Como cuando vas a un restaurante y el camarero te pregunta qué tal la comida. “Maravilloso”, alcanza a completar.
“Es una cosa… Porque… En fin… Eso…”, intentaba iniciar la recién reelegida presidenta de la Comunidad. Tantas cosas que decir agolpadas en una suerte de términos inconclusos. La emoción se amontonaba y, como cuando levantas rápido el pie del embrague, Ayuso dio un rebote inesperado: “Voy a hacer el camino de Santiago, yo creo, eh”
Y semejante promesa espiritual no podía venir de otro sitio. “Hablé ayer a lo más alto y le dije: ‘Señor, si me estás oyendo, quítanos esta forma de hacer política de encima porque esto es un sinsentido’”. Fundamentó tanta dicha en haber desvanecido “el trato inmisericorde” que la formación morada descargaba, básicamente, contra todo el mundo. “Contra ti”, pronunció Ayuso en una enumeración de ejemplos. Estaba en su salsa. Tranquila y cómoda. La resaca de unas elecciones para quien sabe beber.