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POLÍTICA

La inteligencia británica revela el arma que Rusia usa con “más intensidad”

El Kremlin habría lanzado más de 300 drones iraníes de tipo OWA-UAV durante mayo para agotar las defensas antiaéreas ucranianas: el mayor número por mes desde el inicio de la guerra.

An apartment building burns after being damaged during a massive Russian drone strike, amid Russia's attack on Ukraine, in Kyiv, Ukraine May 30, 2023. Pablo Petrov/Press service of the State Emergency Service of Ukraine/Handout via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY.     TPX IMAGES OF THE DAY
STATE EMERGENCY SERVICE OF UKRAIvia REUTERS

Las balas ya no cortan el aire del este ucraniano como lo hacían en invierno. Lo hacen en otra dirección, amén de la tan renombrada contraofensiva. Se desplazan hacia las fronteras anteriores a 2014, las que Kiev entiende como propias con el beneplácito de Occidente. Y mientras las tropas ucranianas luchan por recuperar cada metro que Rusia ha tomado, desde el Kremlin recurren a una vieja táctica militar: la distracción como maniobra de contención.

No han cesado los bombardeos rusos sobre puntos de Ucrania próximos al centro-este del país, alejados de la línea de batalla. El objetivo parece ser obligar a los soldados a frenar la contraofensiva y echarse atrás para que no les ganen la espalda, como cuando en fútbol se mete un pase en largo que pilla despistado al defensa. Sin embargo, la última información revelada por Londres podría añadir un factor más que, de ser así, tendría una traducción muy significativa en el transcurso de la invasión.

Drones iraníes para agotar las defensas ucranianas

Así lo han señalado en el último parte del ministerio de Defensa británico, haciendo referencia a los “más de 300 vehículos aéreos no tripulados de ataque unidireccional de la serie Shahed iraní” que Rusia desplegó durante el mes de mayo. Es decir, más de diez drones por día. El dato representa el uso más intenso de este sistema de armas desde el inicio de la guerra. Son de tipo OWA-UAV y, tal y como apunta el informe, estarían causando mella.

No es el objetivo la destrucción vil de edificios. Va más allá. “Es probable que Rusia los esté lanzando en un intento de obligar a Ucrania a disparar reservas de valiosos y avanzados misiles de defensa aérea”, reza el texto. En otras palabras, perdería armas de ataque por terminar son las protecciones anti-drones. Como en una jugada de ajedrez, cuando se decide sacrificar una pieza para comerte la del oponente.

Aunque se desconoce el éxito que Moscú ha podido tener en esta jugada bélica, el servicio de inteligencia británico ha deslizado que es “poco probable” que la estrategia le vaya a ser útil, ya que “Ucrania ha neutralizado al menos el 90% de los OWA-UAV entrantes, principalmente utilizando sus armas de defensa aérea más antiguas y baratas y con interferencia electrónica”. No es lo mismo un peón que la reina.

Y en ese intento de buscar soldados ucranianos muy por detrás de la línea del frente, Rusia sigue exhibiendo, casi sin querer, las mismas fallas logísticas y militares que han permitido el estancamiento del Donbás en un fango inútil de desgaste. “Sigue siendo muy ineficaz para alcanzar objetivos tan dinámicos a distancia debido a sus deficientes procesos de selección”, juzga Londres del Kremlin. En esa estela de confusión suenan los primeros disparos de la contraofensiva. Que son diferentes a los de invierno.