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Los alimentos y bebidas que no deberías tomar antes de echarte la siesta

Las comidas difíciles de digerir, el azúcar, la cafeína o el alcohol perjudican a la hora de conciliar el sueño, por lo que debes evitarlos.

Los alimentos y bebidas que no deberías tomar antes de echarte la siesta

La siesta es uno de los grandes placeres del día a día. Especialmente tras una comida copiosa, tras la que nos sentimos hinchados, una ligera siesta puede sentar de maravilla. Los hay que las haces de apenas unos minutos, mientras que algunos expertos aseguran que con media hora de sueño es suficiente para recargar las energías necesarias para afrontar el resto del día hasta la hora re ir a la cama.

En lo que coinciden es que no se debe superar la hora de siesta, y no digamos ya por muy por encima de esa cifra. Porque en estos casos, de acuerdo con los consejos de un nutricionista a Uppers, nos cuesta ponernos en marcha, nos levantamos más irritados y, aunque parezca contrario, con un cansancio mayor. Y además, es posible que luego por la noche nos cueste dormir.

Pero hay veces que nos puede resultar complicado conciliar el sueño ya en la hora de la siesta, y podría ser, en parte, por haber tomado previamente ciertos alimentos. Además, se deben evitar tanto la estimulación de las pantallas como los espacios con ruido, y el lugar elegido debe ser un entorno fresco, agradable y tranquilo. Y, como se ha mencionado antes, se deben evitar algunos alimentos, como el melón o la sandía, y bebidas, como el café o el alcohol.

Alimentos que debes evitar

Los expertos recomiendan evitar todo alimento que tenga propiedades diuréticas, pues nos harán ir al baño con mayor frecuencia. Es el caso de algunas frutas como el melón, la piña o la sandía, pero también productos como el limón, los espárragos, la remolacha o el pepino. Debido a la gran cantidad de agua que contienen, dilatan los vasos renales y ayudan a la eliminación de líquidos que rechaza el organismo.

Tampoco es recomendable consumir alimentos que sean difíciles de digerir su pensamos echarnos un sueño después de comer. Tales como guisos con salsas fuertes, carnes con mucha fibra o sofritos consistentes. Estos hacen que las digestiones sean pesadas, complicando la conciliación del sueño. En su lugar, es mejor apostar por frescos, frutas y verduras. A su vez, los alimentos con azúcar generan altos picos de glucosa, perjudicando la calidad del sueño. El organismo genera un exceso de energía y se activa, pues entiende que es lo necesario.

Nada de café o alcohol

La cafeína, así como la teína, eliminan las ganas de dormir y generan una mayor actividad cerebral. Ayuda a estar más despierto, justo lo contario que queremos si nuestra intención es descansar unos minutos. Así pues, es mejor tomarlo después de la siesta. En una cantidad indicada, ayuda a mejorar el rendimiento cognitivo, la capacidad de atención y de concentración.

Por último, aunque el consumo de alcohol a veces va acompañado de somnolencia, sus efectos son nocivos para el organismo y pueden provocar un mal despertar y que sea poco enérgico. El motivo es que el alcohol es un supresor de la fase REM: a mayor cantidad, menos profundo y reparador es el sueño.