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Las tumbas perdidas del Antiguo Egipto: los faraones que aún no se han encontrado

La pista de sus tumbas se ha perdido con el paso del tiempo, y el sueño de todo arqueólogo que se aprecie sería encontrarlas. Algunos ejemplos de ello son las de Cleopatra y Marco Antonio.

Las tumbas perdidas del Antiguo Egipto: los faraones que aún no se han encontrado
UnSplash

El 20% de todo el patrimonio correspondiente al Antiguo Egipto es lo que conocemos y, dentro de ese 80% desconocido, también tenemos un elevado número de tumbas, las cuales están mayoritariamente sin descubrir. Otras, sin embargo, se encuentran arrasadas por la acción humana.

La primera de ellas es la de Imhotep (siglo XXVII a.C). Este no fue faraón, pero su relevancia histórica es innegable, pues fue el arquitecto de la pirámide escalonada de Djoser y a su vez sacerdote de Heliópolis, entre otros muchas cosas más. Un auténtico icono.

Más tumbas por descubrir

Tras este, damos un salto considerable en el tiempo, para situarnos en el final de los hicsos y el inicio de la XVIII dinastía para referirnos sobre Ahmose (siglo XVI a.C) y seguidamente de su hijo, Amenhotep I. El cuerpo de este último se encontró en una tumba escondrijo en Deir el Bahari, donde se hallaban otras tantas momias.

El periodo amarniense fue un punto de inflexión en la historia del país del Nilo, y los nombres de Akhenatón y Nefertiti aparecen sobre la mesa. Teniendo en cuenta que este periodo fue posteriormente repudiado tras la restauración y que las teorías sobre el propio periodo son infinitas, la búsqueda de las momias de sus protagonistas se vuelven fundamental para su investigación.

Cleopatra y Marco Antonio

Por último, cerramos el capítulo de las tumbas perdidas con Cleopatra y Marco Antonio, la pareja más popular del mundo. Vivieron una pasión de 13 años, tuvieron tres hijos y su amor terminó en tragedia: en mitad de la guerra, anunciaron a Marco Antonio que Cleopatra había muerto y, tras recibir la noticia, decidió atravesarse con su propia espada.

Sobre dónde se encuentra su tumba hay teorías, pero aún no está muy claro, y muchos apuntan que sería uno de los descubrimientos más importantes del mundo. El Servicio Egipcio de Antigüedades cree que puede estar cerca de un templo de Taposiris Magna, al suroeste de Alejandría.