La Policía señala cuál era el objetivo que tenían los ladrones del Atrio
Las autoridades han averiguado que “están intentando vender las botellas en Estados Unidos”, un móvil que hace pensar al dueño del negocio que las usurparon por “encargo”.
Este lunes, la Audiencia Provincial de Cáceres ha retomado la vista oral por el robo de 47 botellas de vino en el restaurante-hotel Atrio de Cáceres. Hay dos acusados, Constantin Dumitru y Priscila Guevara, para los que la Fiscalía pide una pena de cuatro años y seis meses de prisión, así como una indemnización para los perjudicados de 1.648.500 euros. Mientras que la aseguradora de botellas, que es la acusación particular, pide cinco años y 700.000 euros de indemnización. Se les acusa de un delito de robo con fuerza, agravado por el alto valor de los vinos. Las pesquisas apuntan que, al poco de que sucediera el robo, trataron de venderlas.
Así lo ha explicado el policía a cargo del seguimiento de los teléfonos y el coche de los presuntos ladrones durante la vista de este lunes. Este ha apuntado que ha llegado a esta conclusión a partir del volcado y la transcripción de las llamadas y mensajes de Whatsapp de Guevara y Dumitru. De acuerdo al testimonio del policía, de estas conversaciones se puede deducir que hablan de lo que les está costando vender el vino y que “están intentando vender las botellas en Estados Unidos”, ha relatado.
El policía, además, ha apuntado que existen conversaciones “con un tal Marcos” para tal fin. En ellas, hablan del precio por estas botellas y de un posible cambio de una de ellas por un vehículo de alta gama. Los efectivos policiales han precisado, asimismo, cuándo y dónde tuvieron esa conversación: fue Dumitru, durante su estancia en Países Bajos, en noviembre de 2021 —un mes después de que se produjera el robo—.
Fueron un “encargo” y está dispuesto a negociar
En la vista de este lunes ha estado presente también uno de los dueños del restaurante-hotel Atrio, José Polo. Este cree que el robo que se ha producido en su negocio fue por “encargo”. Y las pruebas aportadas por las autoridades respaldan su afirmación. “Ha sido un encargo, me quedaba la esperanza de que no lo hubiera sido y negociaran entonces con las botellas”, ha declarado a los periodistas tras testificar en la vista oral.
“Si no negocian de aquí al final del juicio quiere decir que las botellas —a lo largo del juicio las partes las han cifrado en 45 pero el listado por Ministerio Fiscal en su escrito inicial registraba 47— ya las tienen las personas que se las encargó”, y que son “peligrosas”, ha aseverado Polo. En este sentido, él se ha mostrado favorable a negociar por algunas de las botellas. Más concretamente por la de la región de Burdeos Chateau d´Yquem de 1806.
Por otro lado, Polo también ha entrado a valorar el precio de lo robado. El propio Atrio lo ha tasado en 1.648.500 euros; sin embargo, el dueño ha apuntado que se trata de algo “relativo” y que depende del valor “histórico y sentimental”. “Para mí, la botella de Château D’Yquem no la hubiera vendido ni por un millón de euros”, ha expresado; “a no ser que lo necesitara para pagar a los empleados o a los proveedores, pero era una botella con mucha historia, única”, ha agregado.
Silencio en el juicio
Por su parte, durante la vista oral ninguno de los dos acusados ha reconocido su culpabilidad. El juez ha lanzado la pregunta directamente y ambos han optado por guardar silencio. “No tengo nada que declarar, a la defensa, sí”, ha dicho brevemente Dumitru, a quien su abogada también se ha negado a hacerle alguna pregunta. Y en la misma línea ha actuado Guevara, que también ha mantenido su negativa a responder.