La inteligencia británica revela el problema de Rusia en el Mar Negro
Los ataques con drones y embarcaciones sin tripulación pueden convertirse en un obstáculo para las operaciones de la flota rusa en Crimea.
El mes de marzo ha supuesto en la invasión un estancamiento de los combates en el este del país, basando la estrategia de Rusia en una guerra de desgaste. Los bombardeos, focalizados especialmente en el Donbás y en el oblást de Zaporiyia, son una constante que, tal y como advirtió el ministerio de Defensa de Reino Unido, busca la rendición sin margen de tiempo. Por ello, tal y como ha descubierto el mismo gabinete, ha sorprendido tanto entre las tropas rusas la irrupción de algunos ataques justo en la zona donde comenzó el conflicto hace nueve años: en Crimea.
Según el último informe de la inteligencia británica, al menos tres buques de superficie sin tripulación (USV) y un dron, también sin personal dentro, han intentado atacar la base naval rusa de Sebastopol, en la Crimea ocupada. El episodio tuvo lugar el 22 de marzo de este mismo año y, aunque los daños hayan sido mínimos, esta actuación ha hecho saltar las alarmas en el Kremlin al no tratarse de un caso aislado.
Un ataque anterior -también con USV- en la misma zona a finales de octubre de 2022 ya dejó fuertes daños en el dragaminas ‘Ivan Golubets’ y en la fragata ‘Almirante Makarov’. Aunque en este caso, según el ministerio, “los informes de fuentes abiertas sugieren que un USV fue detenido por barreras defensivas, mientras que dos fueron destruidos en el puerto” sin causar daños a buques rusos, desde Crimea temen que esta práctica pueda marcar una nueva hoja de ruta en las tropas ucranianas.
¿Por qué realiza estos ataques?
El motivo por el que Kiev realiza estos ataques con drones y embarcaciones USV no se debe a un factor territorial ni a una contraofensiva. El mismo texto ha señalado que esto sucede con el fin de restringir “las operaciones de la Flota del Mar Negro de Rusia”; a lo que ha añadido que, aunque no hayan generado daños militares, es muy probable que este tipo de ataques continúen produciéndose en la misma zona.
Crimea es un enclave de gran importancia geopolítica. Estas pequeñas ofensivas que entorpecen las labores de Rusia en la zona generan una repercusión importante en materia económica por las relaciones comerciales que permite su posesión. No se trata únicamente de un puerto que dé salida al Mar Negro, sino que la ocupación de la península supone la presencia rusa en Medio Oriente. Si los movimientos de la flota en esta zona no prosperan, las consecuencias pueden ser verdaderamente fuertes para el Kremlin.