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La DGT valora suprimir la obligatoriedad de colocar triángulos en caso de accidente

La entidad muestra preocupación por el gran riesgo de atropello que supone tener que salir del vehículo averiado en mitad de la autopista.

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Red warning triangle sign on the road with a man checking his broken car in background
MNStudioGetty Images/iStockphoto

Desde hace mucho tiempo, en caso de avería o accidente al volante, el protocolo a seguir indica que el conductor debe salir del vehículo y colocar los famosos triángulos que señalizan la presencia de un coche parado en la vía. No obstante, esto podría cambiar pronto a juzgar por unas declaraciones recientes de Pere Navarro, Director General de Tráfico. Y es que, a pesar de que estos artefactos son útiles para poner sobre aviso al resto de circulantes, también acarrean un gran riesgo de atropello.

El razonamiento no es demasiado complicado. Cualquier persona que tenga que salir del coche en mitad de la vía se expone peligrosamente a ser arrollada por algún otro vehículo que no advierta la presencia de un viandante en una zona no peatonal. Este aciago escenario se torna aún más plausible en momentos del día con poca luz o en tramos de la carretera con visibilidad reducida como curvas pronunciadas. Tampoco es una cavilación unilateral. Otros países como Gran Bretaña o Luxemburgo ya han marcado rumbo en este sentido.

A lo largo del año pasado, un total de 126 personas murieron atropelladas. 16 de estos casos fueron en un escenario similar al planteado de la colocación de triángulos tras una avería. En un momento especialmente malo para las carreteras españolas, con un balance de víctimas mortales preocupantemente alto, la DGT pone todo su empeño en tratar de reducir los índices de mortalidad en los desplazamientos. Ahora, además, estamos inmersos en la campaña de Semana Santa, una de las peores épocas del año.

Peligros al volante

Millones de personas se han desplazado o se desplazarán a lo largo de estos días. Inevitablemente, habrá accidentes mortales, como todos los años. Pero la responsabilidad de los conductores y el despliegue de patrones de conducta correctos puede mermar esta dolorosa realidad. Con esto en mente, Navarro valora dejar atrás los tradicionales triángulos. En lugar de eso, los conductores deberán abandonar el coche por el asiento del copiloto y, una vez fuera de la carretera, pedir ayuda a través de una llamada telefónica.

Desde el pasado viernes, ya han muerto al volante 14 personas. Excede la mitad de las víctimas totales de la temporada pasada. Esto podría tener su explicación, no obstante, en el hecho de que este año se está observando un flujo de desplazamientos sustancialmente mayor que en el previo. Pero la situación es, empero, nada buena. Todos los recursos de la DGT se ponen, como no puede ser de otra forma, al servicio de apuntalar las garantías de seguridad vial y la buena praxis de los conductores.

Es especialmente sensible el tema del uso de alcohol cuando se va a conducir. Una infracción que es más común de lo deseable -lo deseable, se entiende, es cero-. Decenas de miles de personas son interceptadas cada año poniendo en práctica este acto irresponsable y delictivo. Asimismo, también se pone énfasis en que es primordial haber descansado bien antes de encender motores. Dormirse al volante es algo dolorosamente plausible, pero evitable. En ello está la Dirección General de Tráfico, pero nada se podrá conseguir sin la colaboración de los muchos ciudadanos que guían la vasta flota motorizada de España.