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Kunga, el primer animal híbrido criado por el humano

De gran importancia en la cultura mesopotámica, era un cruce entre el asno doméstico y el extinto asno sirio conocido como hemipo.

Kunga, el primer animal híbrido criado por el humano

Durante años, los kungas han sido una gran incógnita para los investigadores de la evolución animal. Un eslabón perdido del que, sin embargo, hay vívidos rastros, conservados de una época remota en la que fueron una especie de alta importancia para la sofisticada civilización mesopotámica. Un équido extinto hace largos siglos del que solo quedan los petrificados restos que han sobrevivido al paso del tiempo.

Hasta la fecha, la comunidad científica había elevado distintas teorías sobre el origen de este enigmático animal. Las características excepcionales que presentaban sus estructuras y composición hacían particularmente difícil colocarlo en un árbol genealógico concreto. Esto ha motivado numerosas cábalas que trataban de dar explicación a las particularidades de la bestia desaparecida. La pregunta, por fin, tiene respuesta.

Ha sido gracias a un meticuloso estudio de material genético llevado a cabo por el investigador E. Andrew Bennet, del instituto Jacques Monod. Por explicarlo con brocha gorda, los firmantes de la investigación han comparado el material genético de los restos de varios kungas con el de otras especies de la familia para buscar similitudes y poder establecer una línea temporal que dé respuesta la incógnita de su origen remoto. Los resultados han sido más que satisfactorios.

Apreciado en Mesopotamia

Después de un arduo proceso en el que se han desplegado los más sofisticados medios técnicos, se ha podido determinar que los kungas son, sin duda, un cruce entre el asno doméstico y el hemipo, un tipo de asno sirio extinto hace siglos. Además, los kungas son ampliamente considerados por la comunidad científica como el primer animal híbrido criado por humanos, por lo que la importancia de la luz arrojada sobre la cuestión es doble.

Existen registros y evidencias de un extendidísimo uso de los kungas en la antigua cultura mesopotámica, hasta 3.000 años antes del nacimiento de Jesucristo. Eran un animal excepcionalmente demandado y de gran valor monetario, debido a su fortaleza y resistencia. Las tareas para las que, se cree, se empleaban a los kungas iban desde lo doméstico a lo bélico, pues de hecho hay también pinturas que mostrarían a individuos de esta especie siendo empleados en batalla para tirar de los carros de combate.

Ahora, se ha escrito un diminuto pero significativo capítulo más de la inabarcable historia de las especies que pisan o han pisado el planeta. Una forma de conocer el mundo a través de los seres que lo han habitado. Porque, además de la relevancia biológica, todo esto también permite reconstruir un poco mejor la cotidianeidad de la cultura mesopotámica, una de las más importantes de la humanidad.