La ciudad de Marruecos que en su día fue parte de España
Sidi Ifni, aunque ya no pertenezca a España, ha recibido una enorme herencia de nuestro país, la cual se puede observar en su arquitectura.
Marruecos se ha convertido en uno de los destinos favoritos para los españoles por ser un destino bastante económico, comparado con otros lugares de Europa; por su cercanía con nuestro país y por esconder grandes reliquias que toda persona debe visitar alguna vez en su vida.
Ciudades como Marrakech, Tánger o Casablanca son de las más visitadas por turistas, pero existe un lugar que pasa por desapercibido que poco a poco se va haciendo un hueco dentro de este ranking. Se trata de Sidi Ifni, localizado a poco más de 170 kilómetros al sur de Agador, es un lugar único y diferente que enamoraría a cualquiera.
Bañado por al océano Atlántico y con el desierto a sus espaldas, este pequeño rincón de Marruecos fue en su día un importante enclave español que, a día de hoy, se presenta como un reclamo para aquellos turistas que quieren disfrutar de una arquitectura colonial y de playas de arena fina.
Un regalo para España
El territorio de Ifni cuenta con una historia bastante peculiar e interesante. Y es que, en el año 1860, tras loas acuerdos de paz que pusieron fin a la Guerra de África, el sultán Mohamed IV le regaló a España esta ciudad. Sin embargo, a pesar de que este regalo se produjese a mediados del siglo XIX, no fue hasta el 1934, durante la II República cuando se produjo la anexión.
Ya en el año 1956, con la independencia del país marroquí, el rey Mohamed V mandó atacar la ciudad para recuperarla y unificarla a su territorio. Este hecho dio comienzo a la Guerra de Ifni, la cual duró hasta el 1969 con el Gobierno español cediendo el regalo que un día recibió.
Tu visita a Sidi Ifni
A pesar de que la ciudad de Sidi Ifni ya no pertenece a España, si decides visitarla en tu próxima escapada podrás ver como nuestra esencia sigue presente en lugares como la Plaza de Hassan II, antes conocida como Plaza de España, donde podremos ver una fuente con azulejos azules propios de la cultura andaluza.
Otras joyas como la Iglesia de Santa Cruz, ahora convertida en el Tribunal de Justicia, o el Palacio del Gobernador, ahora el Palacio Real. Pero, a parte de la hermosa arquitectura de la zona, no puedes perderte sus playas doradas. Legzira se alza como una de las más impresionantes, no solo por sus aguas ideales para practicar surf, sino por sus famosos arcos de piedra los cuales se alzan en la orilla. Un lugar lleno de encanto, que esconde un paisaje de película y una arquitectura asombrosa.
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