Hoy es un dulce muy consumido, pero pocos saben que su logo fue un invento de Salvador Dalí
Te contamos la historia sobre el logo de Chupa Chups, que fue creación del famoso pintor español.
La Chupa Chups, esa famosa paleta que ha conquistado a generaciones de niños y adultos alrededor del mundo, tiene una historia más fascinante de lo que muchos imaginan. A pesar de su simplicidad, el emblemático logo de este dulce fue diseñado por Salvador Dalí, el célebre pintor surrealista español, y ha dejado una huella imborrable en la historia del diseño y la publicidad.
Aquí te contamos más sobre la historia de cómo se creó este logo, que en la actualidad es reconocido por miles de personas alrededor del mundo, y que se ha convertido en el estandarte de la marca.
Así se creó el logo de Chupa Chups
En 1968, la compañía Chupa Chups, bajo la dirección de su fundador, Enric Bernat, se trasladó a Figueras (Gerona) para encargarle a Dalí la creación de un nuevo imagotipo para su marca. El resultado fue un diseño tan sencillo como genial: una margarita amarilla, que evocaba la forma de la paleta y su color vibrante.
El proceso de diseño fue increíblemente rápido; Dalí tardó menos de una hora en crear el famoso logo, que se convirtió en un símbolo icónico. Aunque el imagotipo original sufrió algunas modificaciones a finales de los años 80, la esencia del diseño se mantuvo intacta, convirtiéndose en un referente visual que es inmediatamente reconocible a nivel mundial.
El logo de Chupa Chups se convirtió en un símbolo universal, no solo de la marca, sino también del arte pop y la cultura visual de la época. Hoy en día, es difícil imaginar esta paleta sin ese diseño que la hace tan fácilmente reconocible, pero pocos saben que detrás de ese simple y atractivo logo, se esconde la genialidad de uno de los artistas más influyentes del siglo XX.
Con esta colaboración entre el surrealismo de Dalí y la industria del dulce, la Chupa Chups no solo se transformó en una paleta de éxito, sino que también dejó un referente en el diseño gráfico y la publicidad, consolidándose como un clásico atemporal.
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El éxito de Chupa Chups
La compañía continuó evolucionando, y en 1991 fue heredada por los hijos de Bernat: Xavier, Ramón, Marcos, Marta y Nina. Durante la década de los 90, Chupa Chups dio un paso más allá al diversificar su producción.
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En ese período, adquirió dos fábricas, una en Alicante, dedicada a la producción de la paleta de regaliz mentolado Smint, y otra en Zaragoza, que fabricaba pequeñas golosinas. A partir de esta combinación, nació en 1994 la paleta pequeña mentolada con xylitol, también bajo la marca Smint, un éxito más en su línea de productos.
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